Luis Aparicio inmortalizado hace 40 años

Agradeció que lo dejaran jugar al beisbol en las Grandes Ligas

Luis Aparicio en momentos que pronunciaba su agradecimiento cuando fue exaltado al Salón de la Fama.

 

13/08/24.- Luis Ernesto Aparicio fue exaltado al Salón de la Fama de las Grandes Ligas hace 40 años, lo que se mantiene en el tiempo como uno de los hechos más importantes en la historia del deporte venezolano.

Aparicio nació el 29 de abril de 1934 en Maracaibo, por lo que este año cumplió 90 en buen estado salud física y mental. Fue firmado como agente libre por los Medias Blancas de Chicago, con 19 años de edad, y cumplió con dos temporadas en Ligas Menores, antes de hacer su debut en las Grandes Ligas, lo cual sucedió el 17 de abril de 1956.

Aparicio se hizo célebre como campo corto titular, al liderar la Liga Americana con 21 bases robadas y 14 toques de sacrificio. Su excelsa capacidad para defender su territorio, habilidad natural para desplazarse entre las almohadillas y juego agresivo, le valieron para convertirse en el primer pelotero latinoamericano en ganar el Premio al Novato del Año.

Ese fue el inicio de una cadena de nueve campañas consecutivas en las que encabezó el joven circuito en estafas. Ningún otro jugador en la historia, ha liderado su liga en robos durante más de seis años seguidos.

En 1959, Little Louie (como lo llamaban en las Grandes Ligas) impulsó a los Medias Blancas hasta la Serie Mundial, gracias a 157 hits, 98 anotadas y 56 estafas, estadísticas que le ayudaron a terminar segundo en la votación al Jugador Más Valioso. Aunque su equipo perdió ante los Dodgers de Los Ángeles en el Clásico de Otoño, Aparicio bateó 308, con ocho indiscutibles en 26 turnos.

El marabino lideró a los jugadores del campo corto de la Americana en porcentaje de fildeo cada año desde 1959 hasta 1966, además acumuló nueve premios Guantes de Oro a lo largo de su carrera.

Los Medias Blancas de su época fueron conocidos por su velocidad y una fuerte defensa, en buena medida gracias a que Aparicio y el jugador de la segunda base Nellie Fox se erigieron en una de las mejores combinaciones de doble plays en la historia de las Mayores.

“Es el mejor que he visto en mi vida”, dijo el ex propietario de Chicago, Bill Veeck en 1959. “Hace jugadas que sé que no se pueden hacer, pero las hace casi todos los días”.

Luego de ser un miembro integral de los Medias Blancas, Chicago cambió a Aparicio a Baltimore el 14 de enero de 1963. En sus cinco años con los Orioles, lideró la Liga Americana en bases robadas dos veces. Aparicio también hizo su segunda incursión en una Serie Mundial. Esta vez, los Orioles barrieron a los Dodgers, para ganarlo todo en 1966.

Al llegar a Baltimore, junto con Brooks Robinson (antesalista) y Jerry Adair (segunda base), el venezolano estableció uno de los mejores cuadros defensivos de todos los tiempos. De hecho, Aparicio tuvo un promedio de fildeo de 983 en 1963, un nuevo récord para los torpederos en una temporada, que se mantuvo vigente hasta 2002, cuando Mike Bordick lo rompió, al registrar 998, con el uniforme de Baltimore.

“Aparicio y Fox le dieron al equipo una fuerza extraordinaria en el medio del campo y el mánager Al López en 1957, elogió al dúo. López promocionó la dupla Aparicio-Fox como la mejor combinación alrededor de la segunda base y piedra angular de todos los tiempos de Chicago. ‘He estado cerca de algunas máquinas espectaculares alrededor de la segunda base’, apuntó López, ‘pero nunca he visto nada mejor que Fox y Aparicio’”, reseñó el historiador Lew H. Freedman, en su libro “Leyendas del beisbol latino: una enciclopedia”, publicada en 2010.

Aparicio regresó a los Medias Blancas después de la temporada de 1967, vía cambio, y pasó tres años más con Chicago antes de ser canjeado a los Medias Rojas de Boston, con los que apareció en sus últimas tres contiendas en Grandes Ligas.

“No me sorprendió que él llegara al Salón de la Fama, porque si una persona se lo merecía, era Luis. Era un segundo bate excepcional, los doble plays que fabricaba y jugaba fuerte todos los días. Si te pones a ver a Luis Aparicio, era completo, en todos los aspectos. Bateaba increíble, no era jonronero, porque no era grande, pero tremendo corredor de bases, fildeaba y tremendo brazo”, le comentó Orlando “Peruchín” Cepeda, recientemente fallecido, al periodista Augusto Cárdenas, quien escribió la última biografía de Aparicio.

“Si me preguntan quién es el mejor shortstop que haya visto, ese se llama Luis Aparicio. Cuando yo jugué con él (en Boston) tenía 40 años (en realidad eran 39 años en 1973) y hacía todas las jugadas habidas y por haber, no te cometía un error mental, era un jugador perfecto”, agregó Cepeda, otro exaltado en Cooperstown.

Little Louie Aparicio –heredero de su padre Luis Aparicio Ortega, conocido como El Grande- se retiró con 2 mil 673 hits en su brillante trayectoria jugando sólo en las paradas cortas (los otros cuatro indiscutibles llegaron como emergente), cifra que fue un récord de Grandes Ligas que se mantuvo sin igualar hasta que Derek Jeter lo superó el 17 de agosto de 2009.

“Vi a muchos jugadores excepcionales, pero no es demasiado difícil elegir un equipo de estrellas compuesto por peloteros de la Liga Americana, durante mi época. Jim Hegan sería mi receptor. Brooks Robinson era el tercera base fantástico, de eso no hay duda. George Kell también era genial. El mejor campo corto era Luis Aparicio. Yo pondría a Joe Gordon en la segunda base,  quien estaba en las postrimerías de su carrera cuando llegué allí, pero aun así era genial. Bobby Richardson también era un buen jugador y nunca decía una palabra a los árbitros. Nellie Fox era un tipo duro, hacía más cosas para vencer al rival que cualquier otra persona que haya conocido. Luego, en primera, tendría a Mickey Vernon. En los jardines, por supuesto, estarían Ted Williams, Joe DiMaggio y Mickey Mantle”, destacó Bill McKinley, quien está en el Salón de la Fama como umpire.

Aparicio, de 1 metro y 75 centímetros de estatura y 72 kilos de peso, jugó su último partido el 28 de septiembre de 1973, a la edad de 39 años y 152 días, y se retiró oficialmente después de que los Medias Rojas lo dejaran en libertad en marzo de 1974, durante los entrenamientos de primavera.

Al momento de colgar los ganchos tenía las marcas para campo cortos en juegos jugados, dobles matanzas realizadas y asistencias. Terminó su carrera con 2.677 hits y 506 bases robadas, mientras que fue seleccionado para 13 Juegos de Estrellas.

Los miembros de la Asociación de Escritores de Beisbol de Estados Unidos decidieron enviar a Aparicio al Salón de la Fama, en su sexto año de elegibilidad, en 1984, cuando finalmente recibió suficientes votos con 84,6%.

El premio que reconoce al mejor pelotero venezolano durante una temporada de las Grandes Ligas, lleva el nombre de Luis Aparicio desde su creación en 2004. Lo que ilustra la importancia de su legado en el principal deporte del país.

El 12 de agosto de 1984, cuando pronunció su discurso, en el momento de su exaltación al Salón de la Fama del Beisbol de Grandes Ligas, en Cooperstown, agradeció el hecho de haberlo dejado jugar como pelotero en el campo corto.

JULIO BARAZARTE / CIUDAD CCS


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