Retina | Desagradable

19/08/2024.- Creo que se le debe haber disparado la palabra “desagradable” a Lula. Es difícil saber por qué se decantó por este adjetivo, pero lo usó para contraponerlo a dictadura y así afirmar que no califica de dictadura a la situación política de Venezuela, aunque sí habló de “tendencias autoritarias”.

Me molesta el adjetivo, pero debo reconocer que ciertamente somos una realidad incómoda para casi todas las élites del continente, incluyendo a ciertas élites que se dedican a explotar las posibilidades políticas que brindan los terrenos de la izquierda, en procura de obtener victorias para administrar con otra óptica el capitalismo, procurando no incomodar a los propietarios o accionistas de las grandes empresas.

Sin embargo, somos una realidad que grita con la vitalidad de nuestra democracia, totalmente central en nuestra existencia. Lo hacemos a pesar de ser el blanco de una guerra que quiere impedirnos producir y comerciar, que nos somete a un permanente asedio económico, financiero, político y diplomático.

Desde 1999 hemos tenido que confrontar intentos de golpes de Estado, amenazas de invasiones militares, incursiones paramilitares, brotes violentos con aspiraciones insurreccionales, sabotajes a nuestra producción eléctrica y petrolera, el asesinato selectivo de varias figuras del Gobierno y de la Revolución Bolivariana (Danilo Anderson, Robert Serra, Eliézer Otaiza, entre otros), el asesinato de líderes comunales chavistas, decenas de intentos de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro y hasta el asesinato de incluso personas quemadas vivas, solo por “parecer” chavistas.

Presidente Lula, lo realmente resaltante de nuestra situación y de nuestra historia es que hayamos preservado los derechos democráticos de toda nuestra ciudadanía, a pesar de la pulsión de muerte que guía siempre a la fracción de oposición que responde de manera más abierta a las mafias que dirigen la política de Estados Unidos contra América Latina.

Importante también ha sido nuestra actitud de permanente solidaridad con nuestra región latinoamericana y caribeña, con todos los pueblos del mundo, en favor de la paz, la integración y la complementaridad entre las naciones del Sur global. A pesar de la guerra que se nos ha impuesto, ni por un momento hemos olvidado el compromiso bolivariano de propugnar un mundo multipolar y pluricéntrico que garantice la paz y el desarrollo para todos los pueblos.

Entendemos que en la cultura política de eso que se llama Occidente, la Venezuela Bolivariana es la principal herramienta de mercadeo político de la ultraderecha. Se nos usa para disciplinar a cualquiera que se atreva a presentar una idea, por tímida y conservadora que sea, si tiene algún matiz que pudiera ser lejanamente calificado de izquierda.

Nos han atacado con todo y hemos soportado. Hemos vivido momentos de mucha tensión, pero nunca se nos borra la alegría ni el amor. Puede que nuestra actitud cause incomprensión y desagrado para alguna gente que siente que deberíamos bajar la frente y dejar de luchar. Pero no somos así, somos un pueblo testarudo, que no se rinde. Hoy es nuestro tiempo para vivir y exigir respeto. No es un tema de agrados.

 

 

Freddy Fernández 


Noticias Relacionadas