Memorias de un escuálido en decadencia | Mundial
23/08/2024.- ¡La marcha mundial fue un fracaso! No pegamos una. Pagamos un montón de billetes verdes a unos carajos que se las dan de chistosos llamándose influencers, o no sé qué vaina, para que invitaran a la gente a marchar, y aquellos tipos nos embarcaron. Ellos sí cobraron; en cambio, nosotros, que nos la pasamos en esa vaina, es decir, diciendo que vamos a cobrar, no hemos cobrado un carajo. Enviamos a unos carajos a la marcha para que nos avisaran si había gente que jode para llevar a la compañera María —Súmate— CM, y los tipos nos dijeron: "Traigan a esa mujer ya, porque aquí no viene más nadie. Esto es un peladero de chivo, y ya no podemos pagar más para ver si viene alguien más". Llegó la mujer y se montó arrecha en el carro de los Picapiedra y en ese momento al compañero Guanipa le dio una vaina y se desmayó. Dicen que las últimas palabras que dijo antes de caerse en el carromato fueron: "Otro fracaso más". Coño, no pegamos una ni con pegaloca. Y lo que más arrecha es que la gente de la dictadura anda con un dron para arriba y para abajo vigilando las marchas que uno hace, y el dron parece que desde arriba se estaba riendo de nosotros, que nos queremos tanto.
Los que estaban monitoreando la marcha mundial nos enviaban mensajes que decían: "En Miami, full. En Madrid, full. En Argentina, full. En Chile, le están cayendo a coñazos a los que salieron a apoyarnos a nosotros, y en Medellín, Diosa Canales no se cansa de mover ese rabo para ver si la gente tumba al dictador desde allá". Y así no se llega al poder. Es mejor que María —Súmate— CM siga en la clandestinidad, porque así parece que anda siempre: clandestina. Nadie quiere echarse ese carro, sobre todo después que metieron presos al montón de chamos a los que les pagamos para que armaran el peo y la gente saliera a tumbar al dictador, y ahora nadie da la cara por esos chamos. Es que somos así: después que la gente se jode por nosotros, a nosotros nos importa un carajo lo que les pase. Pero lo que sí arrecha de verdad es que los compañeros Manuel —Monómeros— Rosales y Henry —Espoleta— Allup no aparecen por ninguna parte para apoyarnos. Y esa vaina no es así. Nosotros salimos a pedir la publicación de las actas, pero nosotros no entregamos actas. Es que creemos que las vainas son como decimos nosotros y más nada. Hay que tener en cuenta que estamos luchando contra una dictadura arrecha y esos no se dejan joder así nada más.
Los que están haciendo un trabajo del carajo son nuestros periodistas. Claro, es verdad que les hemos pagado que jode, pero han hecho su trabajo. En El País, allá en España, han puesto a escribir hasta al compañero "Edmudo" González. Uno sabe que él no escribió esa vaina, porque ese hombre no da para más, y menos mal que no repitieron las elecciones, porque ese hombre no aguanta una elección más. Y una vaina que nos tiene preocupados es que la cosa se está enfriando y la gente como que ya no está dispuesta a salir a ninguna parte, porque la gente quiere paz. Ya dijimos que nosotros no vamos a aceptar lo que diga el TSJ, porque estamos seguros de que no nos va a favorecer a nosotros, porque ni siquiera fuimos cuando nos invitaron a llevar las actas. Así que la fecha que nos queda es el 10 de enero para autojuramentar a "Edmudo" González. Ojalá matricule para el año que viene para ver qué va a pasar. Otra vaina por la que sabemos que no nos están parando mucha bola en Estados Unidos es porque el 5 de noviembre son las elecciones, y el compañero Trump y la compañera Kamala están metidos en ese peo, y no nos van a parar a nosotros ninguna bola hasta que no salgan de ese peo. Si gana Trump, de repente se arrecha con nosotros, porque ya nos conoce y sabe que lo estafamos. En cambio, si gana Kamala, de repente la engañamos a ella como engañamos a Trump, a Mike Pence y a Mike Pompeo. A esos carajos les hicimos creer que íbamos a tumbar al dictador y nos dieron todo el apoyo, pero ahí sigue el dictador tan campante…
El papá de Margot ya no sabe qué hacer. Camina como un loco por la sala. Llega a la cocina y se prepara un té verde. Vuelve a la sala y se hala los cabellos. Pega la cabeza contra la pared y se para en el medio de la sala y dice: "Carajo, ¿cómo me han podido joder tanto? Yo, que les he creído todo el pajero loco que nos han dicho. Yo, que los he apoyado con todas las vainas que han hecho, y que hasta dispuesto estuve para lanzar una bomba puputov. Coño, ¿hasta cuándo me joden?". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "Mañana me mudo. Yo no aguanta más a este loco tira puertas".
—Azul de aquella cumbre tan lejana… —me recita Margot.
Roberto Malaver