Estoy almado | El momentum que buscan revivir

31/08/2024.- Redacto esta columna sin luz. La laptop con baja batería amenaza con apagarse. Por la ventana, veo que la calle está tranquila aquí en Caracas. Efectivos policiales ordenan el tránsito; se mantienen desplegados en cada esquina, tratando de transmitir una sensación de orden y seguridad ciudadana ante la normal percepción de inestabilidad que puede generar la falta de electricidad en la vida social y económica.

Este apagón ocurre justo cuando el momentum de la extrema derecha se desinfló, tras mermadas convocatorias de calle, que para ellos se han vuelto inefectivas, tanto o más que la desgastada estrategia de presión internacional, la cual sabemos que ya podemos superar. El 2019, con la presión de Trump y su interinato, fue nuestra prueba de fuego. Después de eso, no hay OEA, Unión Europea ni declaraciones injerencistas de gobiernos tutelados por EE. UU. que puedan desviar nuestro camino hacia un futuro de más prosperidad y menos sobrevivencia y dependencia de las sanciones.

Consideremos que más de diecisiete estados quedaron sin luz un día después que el BCV anunciara un crecimiento económico de más de 8,58% en el primer semestre y un aumento del consumo interno (poder de compra) de 8,99%. Ocurre este apagón cuando las autoridades informaron sobre un proceso en marcha con la banca privada para consolidar la estabilidad del mercado cambiario (elevando la fluidez de dólares con un sistema interbancario) y abrir la compuerta del otorgamiento de créditos para emprendedores y polos de desarrollo económico.

Culminado el proceso de las elecciones presidenciales, con la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia reafirmando los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral, la extrema derecha necesitaba revivir su momentum. Así se evidenció en una conversación telefónica entre González Urrutia y el presidente de Panamá, José Mulino. El primero le pidió apoyo al segundo para restaurar el clima de conmoción logrado el 29 y 30 de agosto, a través de grupos vandálicos que sembraron el terror en varios puntos del país.

La respuesta pública del presidente panameño fue evidente: "Se lo expresé dos veces ayer y antes de ayer a María Corina Machado y a don Edmundo: no se desesperen (…) es muy difícil mantener la calle activa".

La frase "no se desesperen" del mandatario panameño daba cuenta del verdadero estado de ánimo de las dos figuras de la ultraderecha. Dada su naturaleza extremista, algo se traían entre manos. No podían permitir que su grito de fraude se ahogara en el olvido de la normalidad cotidiana. Necesitaban un evento desestabilizador. Y helo aquí: ¡adiós luz que te apagaste!

Menos mal que estas acciones ya no afectan a la población: los ciudadanos se tomaron el asunto con tranquilidad y con la seguridad de que las autoridades iban a resolver el inconveniente, como ha ocurrido otras veces.

De hecho, cuando la batería de mi laptop está a punto de apagarse, ya comenzó a restablecerse el servicio eléctrico. Es evidente que la luz del porvenir siempre le gana a la oscura intención de alterar la paz. Ningún espasmo por revivir el momentum podrá robarnos la voluntad colectiva de mantener la estabilidad nacional. Aunque, seguramente, intentarán generar más estados de conmoción de aquí al próximo 10 de enero.

 

Manuel Palma


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