29/10/22.- La paz en el planeta, hoy más que nunca, precisa con urgencia pasar de la cultura de la guerra a adoptar los mecanismos apropiados para que no se repitan las crueldades, atrocidades y los genocidios de la Ucrania nazifascista apoyada por Londres y la Unión Europea. La cooperación de todos los organismos internacionales comprometidos con la paz es vital contra todas formas de violencia que han dirigidos los guerreristas de Occidente durante más de ocho años contra Donetsk, Lugansk, Jersón, Zaporozhie, entre otros poblados rusos, con el uso de la fuerza nacionalista de Kiev y su acción asesina.  

Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), tanto la población estadounidense como la población mundial saben quién amenaza la paz y quién condena la guerra. Se trata en realidad de los Estado Unidos (EE. UU.) la superpotencia que ha apostado abiertamente a la destrucción de la paz, al logro de la superioridad militar y a la hegemonía mundial, o sea, en el fondo, a la promoción de la guerra para lograr el dominio del planeta. La guerra, según Carl von Clausewitz, historiador de la ciencia militar moderna, es la continuación de la política por otros medios. Esto es lo que se ha propuesto precisamente EE. UU. en Ucrania, tras la operación militar justificada de Rusia del 24 de febrero de 2022.

La drástica posición de EE. UU. de imponer un bloqueo económico, comercial y financiero a la Federación de Rusia, debido al conflicto bélico con Ucrania, solo ha conseguido tratar de considerar intactas la arquitectura financiera de Washington en detrimento de las finanzas de sus aliados, que se han vistos obligados, por presión del Pentágono y la OTAN, a embarcarse en la política bélica del imperialismo norteamericano con la idea de coronar, supuestamente, con éxito una victoria contra la potencia eslava. La respuesta fue recibir imposiciones de restricciones y controles de parte de EE. UU. en desmejora de las condiciones de vida de esos pueblos, en particular del pueblo de Alemania.

Rusia ha sido históricamente la tumba de imperios, el imperio de la Alemania hitleriana sucumbió en 1945 ante el avance fogoso del Ejército rojo de la otrora Unión Soviética que liberó al mundo del nazismo y el fascismo, que pretenden revivir hoy los países que fueron víctimas de ese flagelo. Así que, faltando poco tiempo para que termine el año 2022, he querido con este modesto comentario tratar de conducir a la razón de personas que tienen claro lo que es el derecho a la paz.

Contra la actividad destructiva de la guerra, la paz debe ser el freno para la reconciliación entre todos los pueblos del mundo. 

J.J. Álvarez