Hablemos de eso | De colonialistas “democráticos” y héroes

29/09/2024.- “El Ministerio del Interior (del Reino de España, se entiende) ha acordado la devolución a Marruecos de diez activistas saharauis que permanecían desde hace días en el aeropuerto de Barajas en Madrid, tras solicitar asilo y ser denegado, motivo por el que este domingo decidieron emprender una huelga de hambre”, informa lamarea.com este 23 de septiembre. Desde Madrid intentan ridiculizar la huelga de hambre (“ya algunos desayunaron”) y se niegan a exponer las razones para denegar el asilo.

El “Sahara Occidental” (la República Árabe Saharaui Democrática) había sido una colonia española hasta que el reino europeo se declaró incompetente para mantener la situación colonial. En lugar de cumplir con sus “deberes de potencia ocupante” estipulados por las Naciones Unidas, las autoridades españolas se hicieron los indiferentes, mientras Marruecos (firme aliado entonces y ahora de Estados Unidos en la región) invadió los territorios que tenían que haber sido independientes. Quienes defendieron su país y proclamaron su república fueron militarmente obligados a abandonar sus hogares y refugiarse en el desierto, del lado oriental del país, o en Argelia. Los marroquíes con ayuda de los israelíes y los estadounidenses construyeron un muro para mantener a los patriotas saharauis separados de las costas (del mar) y de los yacimientos de fosfatos (la mayor riqueza saharaui).

Los saharauis que serían deportados estaban detenidos en Barajas y sometidos a “condiciones infrahumanas”, “por la falta de higiene”, “sin acceso a luz solar” y “con la misma comida desde hace veinte días”, según denuncian sus familiares. No tienen, pues, derechos humanos.

Del lado marroquí, las autoridades han expuesto sus objetivos actuales: “marginar y excluir al saharaui y confinarlos a espacios económicos con un impacto limitado y de corto plazo”, de otra manera, si los dejaran crecer económica, cultural y socialmente, podrían reproducirse y obstaculizar el proyecto colonial; no podrían eliminar “el elemento saharaui”, fomentando asentamientos y migración marroquí hacia los territorios ocupados. La similitud con la estrategia de reemplazo de la población en Palestina, expulsando árabes y recolonizando con israelíes es demasiado evidente.

En Marruecos, los saharauis están condenados si mantienen su compromiso con la lucha por la independencia. Solo tiene lugar “el saharaui domesticado”: “un buen saharaui en la estrategia marroquí sería aquella persona inactiva e ineficaz a nivel político, económico y cultural, que no pueda influir en el futuro del conflicto, aquel individuo que no reacciona a los acontecimientos, no aprende, no trabaja, duerme la mayor parte del tiempo y tiene una zona de confort en la que vive con un espacio muy reducido”, como se describe en un reportaje publicado en El Independiente.

Los “socialistas” españoles o, para ser justo, el señor Pedro Sánchez, tomó un giro en el asunto saharaui, pasando de una tímida solidaridad con el pueblo árabe saharaui a un franco apoyo a la posición del Gobierno autoritario de Marruecos. El giro empezó a hacerse público, cuando el señor Sánchez felicitó a la policía por la represión contra migrantes que intentaron saltar una cerca para ingresar al territorio español (su enclave en Melilla); en aquel incidente murió un número indeterminado de personas.

Marruecos sería un “aliado” del Gobierno español y la Unión Europea para detener la migración desde África, un fenómeno que ha convertido al Mediterráneo en tumba para miles de personas, y que fue incentivado precisamente por la aventura europea que destruyó Libia e intentó repetir su hazaña en Siria, para acompañar a los socios estadounidenses en el robo de las riquezas de ambos países.

En julio, Youssef El Mahmoudi, un joven saharaui logró llegar a Bilbao, donde fue detenido en el aeropuerto. Las autoridades españolas también le negaron el asilo porque no habría demostrado suficientemente que corriera peligro en Marruecos y ordenaron su deportación. Solo que esa vez el piloto del avión donde sería expulsado, se negó a llevarlo. Y las protestas públicas lo lograron, El Mahmoudi pudo salir del aeropuerto e ingresar al territorio vasco. El director de Inmigración y Asilo del Gobierno vasco, Xabier Legarreta, declaró: “Un derecho no es algo que alguien te da, sino que es algo que nadie te puede quitar”. No obstante, el gobierno de Pedro Sánchez, la derecha y la ultraderecha española, lo siguen intentando a costa de vidas de otros que son considerados como indignos por quienes creen en su superioridad sobre los demás humanos.

Claro que el señor González Urrutia no solo es digno de asilo, sino que vienen a buscarlo en un avión militar. “Es un héroe”, dice Pedro Sánchez. Uno desde Venezuela no entiende ese recorrido heroico por la Embajada de los Países Bajos, desde donde se fue, sin que nadie lo persiguiera, hasta la Embajada del Reino de España, donde le ofreció whisky a la vicepresidenta y al presidente de la Asamblea Nacional. Tanto maltrato… que no haya ahora cómo justificar quien ha sido nombrado presidente por los parlamentos colonialistas de España y de Europa. “¡Qué viva el doble rasero!”, dicen quienes están acostumbrados a discriminar. “¡A ver si siguen pretendiendo ser independientes!”, grita orgullosa una líder cualquiera de la extrema derecha aliada con la “derecha democrática”.

Humberto González Silva 

centrodescolonizacionvzla.wordpress.com

 

 

 


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