Contraplano | "La sustancia"
Grotesca crítica que sobrepasa el horror corporal
10/05/2024.- Cada cierto tiempo en Cannes se estrena alguna película que genera polémica o da de qué hablar. En 2002 sucedió con Irreversible . En esa oportunidad muchos abandonan la sala ante una escena de violación de nueve minutos sin cortes.
Previamente, en la edición de 1994, cuando Quentin Tarantino reconoció la Palma de Oro por Pulp fiction una mujer del público gritaba: “¡Kieślowski, Kieślowski!”, en referencia a Tres colores : rojo de Krzysztof Kieślowski; y en 1996 Francis Ford Coppola, presidente del jurado, se opuso premiar a Crash de David Cronenberg por exhibir una trama cargada de sinforofilia (excitación sexual ante un accidente de tránsito).
Este año la polémica la llevó La sustancia de Coralie Fargeat, una película franco-estadounidense protagonizada por Demi Moore y Margaret Qualley. La prensa catalogó este trabajo como el más aberrante jamás realizado en Cannes. Aún así, la cinta estuvo nominada a la Palma de Oro y se llevó el premio al mejor guion.
Como las grandes distribuidoras que monopolizan las salas de cine acá en Venezuela se enfocan en comercializar, en su mayoría, películas de fácil taquilla (terror y superhéroes) pensé que jamás traerían al país a La sustancia . Contraria a mi premonición, la cinta sí llegó y se exhibe en pantallas venezolanas.
Lo constaté porque una noche reciente un familiar llegó contrariado y asqueado a la casa, y me comentó que venía de ver una película bastante perturbadora pero buena. Se trataba de La sustancia . Sin comentar mucho, me dijo que tenía que verla. Cuando me dio el nombre, recordé que esta cinta fue la película-impacto en Cannes este año, por lo que me dispuse a descargarla y verla.
La sustancia cuenta el declive de Elisabeth Sparkle, una estrella televisiva quien, por su “avanzada” edad, comienza a ser rechazada por el medio. En medio de la desesperación y depresión, Elisabeth es contactada por una corporación anónima que le ofrece una versión joven de sí misma, pero en otro cuerpo. La condición es que mientras una “versión” de Elisabeth vive normalmente, la otra se queda inconsciente en el baño de su casa.
No quisiera contar más para no arruinar la trama. No obstante, desde ya creo que esta producción ha marcado un hito importante en el subgénero “horror corporal” que se caracteriza por mostrar alteraciones grotescas y perturbadoras del cuerpo humano.
En este tipo de películas abundan las transformaciones corporales mediante raras enfermedades que producen mutaciones o mutilaciones; sexo aberrante cargado de parafilias, zombificaciones y violencia altamente específica con exceso de sangre y vísceras.
En La sustancia , Fargeat construyó sólidos personajes y mezcló buena parte de estos elementos para plasmar en pantalla una historia trepidante, cargada de crítica hollywoodense que homenajea a David Cronenberg, director de La Mosca, Crash, Videodrome, Scanners, entre otras.
“Los que se sienten atraídos por películas que ofrecen algo más de profundidad, que plantean preguntas que hacen pensar, disfrutarán de un viaje de lo más interesante”, llegó a decir Demi Moore en una entrevista reciente.
Para intercambiar opiniones y conocer más de La sustancia puedes escribir a columnacontraplano@gmail.com
Carlos Alejandro Martin