Pluma acústica | La Redonda: los chicos malos de la salsa rap
23/10/2024.- La Plaza de Los Museos de Caracas ha sido históricamente un punto de encuentro entre artistas de todas las tendencias y manifestaciones. Poetas, artistas plásticos, cirqueros, grafiteros, patineteros, dj, bailarines y músicos, han hecho de este lugar un sitio pintoresco, donde confluyen diferentes tribus urbanas, convirtiéndolo en el centro neurálgico de la cultura popular de nuestra ciudad. Esta plaza es conocida por quienes hacen vida en ella como la Plaza Redonda, por su forma física. Un nombre que encaja por completo, dado su poder aglutinador de culturas. Justamente en este lugar nace a principios de 2001 la banda La Redonda.
Para el año 2000 el reconocido músico Manu Chao visitó Venezuela con su banda, Radio Bemba Sound System, en su “Giramundo Tour”. Manu, que es un artista que entiende perfectamente el arte callejero, pues viene de él, salió a dar un paseo por las calles de Caracas y uno de los sitios que visitó fue precisamente La Plaza de Los Museos. Allí conoció a algunos de los personajes que ahí estaban tocando a manera de jam session, suceso prácticamente cotidiano en aquella época, y quedó gratamente sorprendido por el nivel que demostraban aquellos músicos callejeros. Él preguntó: "¿Cómo se llama esta banda?" Una pregunta para la cual los presentes no tenían respuesta pues se trataba de un “vente tú”, algo que surgía de manera espontánea e iba variando según los que integrasen el jamming en determinado momento.
Esa pregunta del músico francoespañol fue el elemento catalizador para la creación de La Redonda. Entre los músicos que se encontraban aquella noche en la plaza estaban Alex “Kotufa” Acosta (voz y guitarra) y Carlos “Carlotín” Martínez (bajo). Ellos, muy motivados por el encuentro con aquel gigante de la música, comienzan a trabajar en la conformación de un proyecto musical más formal y convocan a otros colegas que frecuentaban la plaza. Entre los convocados para la primera formación de la banda estaban: Luis La Riva, Mc Maíz (voz y didyeridú); Danka Roshchupkin (violín); Norman Kolster, “Oreja” (DJ); Alfonso “El Gordo” Garmendia (batreía), y Kike Gavilán (voz y percusión). Así quedó conformado el núcleo fundacional de la banda en el año 2001.
Comienzan los ensayos en un local de Sabana Grande, donde funcionaba la tienda Guaikinima, en la que laboraban “Carlotín” y “Oreja”. Como era frecuente en esa época, hacen sus primeras presentaciones conectándose a los postes de electricidad de la plaza para hacer sonar sus equipos. Aquello era una fusión de ritmos y estilos muy diversos. Unos venían del reggae, otros del funk, del rap, del drum & bass, de la música académica, del rock y de la salsa, entre un universo extraordinariamente amplio de influencias y estilos musicales.
Con el tiempo fue variando la formación de la banda. Ese mismo año 2001 hacen una gira por Mérida y San Cristóbal. El concepto de fusión, que abarcaba los géneros antes mencionados, hacía de esta agrupación algo muy interesante, por lo que tuvieron un éxito inmediato en la juventud de aquel entonces. Luego de esa primera etapa, hubo una separación hacia el año 2003, pero no pasó mucho tiempo cuando 2005 se reagrupan y comienza un período más profesional. La formación inicial cambia y entran otros músicos como Andrés Sequera (batería), José Luis “Jhose” Gallardo (tumbadoras), Marcos Espinoza (percusión), Alejandro Huzi (guitarra); e integran una sección de metales constituida solo por trombones, a la vieja usanza de las orquestas de salsa de los años 70. Algunos de los trombonistas que conformaron dicha sección en diferentes épocas fueron: Gianni Salazar, José León, Wladimir Peña, Kenmanuel Araujo y José “Cheo” Romero.
La banda de salsa de los roqueros
Aun cuando en la banda existía aquella fusión tan variada de géneros musicales, con el paso del tiempo y la integración de metales y percusión afrolatina, su sonido se fue decantando entre la salsa y el rap. Los personajes que hacían vida en La Plaza de Los Museos (sus primeros fanáticos) comenzaron a desarrollar un sentido de pertenencia con la agrupación, para ellos constituía una suerte de banda de planta.
Resultaba un espectáculo poco usual ver a roqueros, punketos y raperos bailar y disfrutar al máximo con un repertorio que cada vez se inclinaba más hacia la salsa y el rap. Esa misma fauna humana que pululaba por la zona los llegó a bautizar como “La Banda de Salsa de los Roqueros”. La puesta en escena de la agrupación en las tarimas era más parecida a la de una de rock o punk que a una de salsa; estrafalarios, directos y muy callejeros, lo que les ganó la fama de “los chicos malos de la salsa rap”.
Trascendieron su espacio físico natural, la mencionada plaza, y sus presentaciones comenzaron a hacerse más frecuentes en distintos espacios de la ciudad, otras plazas y barriadas, así como en diversos locales de la ciudad.
Internacionalización de La Redonda
Para el año de 2008, una empresa de producción audiovisual de origen escocés se plantea el proyecto de realizar un documental sobre el rescate de la industria petrolera en Venezuela y vienen al país. Por casualidad ven un concierto de La Redonda por televisión y se les ocurre que estos muchachos podrían desarrollar el soundtrack del filme. Los contactan y ellos acceden. Una vez terminado el rodaje, los convocan al estreno del mismo, realizado en la ciudad de Glasgow (Escocia). Este hecho les abrió a los “chicos malos de la salsa rap” las puertas del viejo continente.
A partir de esta experiencia, hacen contactos y comienzan una serie de giras por Europa, El Reino Unido y África que se extendió por más de cinco años, visitando e izando con gran orgullo la bandera de Venezuela por más de 10 países.
Su repertorio era bastante amplio; sin embargo, lograron grabar un solo disco: Calle Corre Mundo, en 2010. Tanto sus letras como su música eran un reflejo de lo que acontecía en nuestra ciudad por aquella época. Llueve fuego, Rompe las cadenas, Vamos pa´ lante, En qué Idioma y Será, son algunos de los temas que integran el disco. En el año 2015 se separan dejando maquetas de los temas que iban a constituir el segundo disco y que aparecen por fragmentos entre canciones del primer álbum.
Muchas y muchos de sus seguidores e integrantes esperan con gran entusiasmo que se vuelvan a reunir para seguir deleitándonos con su ritmo, sabor e irreverencia, y que sigan dejando en alto el nombre de nuestro país en otras naciones donde dejaron una huella indeleble que hasta el sol de hoy sigue reclamando la presencia de “los chicos malos de la salsa rap”.
Kike Gavilán