Mundo alerta | Gaza: periodismo heroico vence la guerra mediática
28/10/2024.- El pasado 26 de septiembre de 2024, cuando el presidente palestino Mahmud Abbas recordó en la Organización de Naciones Unidas (ONU) que “todos somos responsables de lo que pasa en Gaza”, casi una veintena de medios jugaron con el título conservando el tono fuerte y severo de la exhortación, excepto unos pocos, entre ellos eldiario.es de Chile, que la calificó de “súplica”. El término pasaría como una travesura periodística si no fuera porque estas contorsiones semánticas configuran un léxico perverso, diseñado por la prensa occidental para banalizar, manipular, mentir, inflar medias verdades y “maquillar” conflictos políticos o armados que afectan la imagen de Estados Unidos y sus aliados.
El menú incluye acusar a Gaza de iniciar la guerra. Según la RAE, guerra significa 1) Desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias y 2) Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación. El argumento de Tel Aviv está bien lejos de la realidad, comenzando porque Gaza no es una potencia, ni un Estado nacional, sino una pequeña región de Palestina. La desproporción es evidente: una potencia militar internacional con más de 9 millones de habitantes y 22.000 Km² de superficie contra 300 Km² de territorio y menos de tres millones de pobladores.
La “imposible” neutralidad
Un periodismo serio habría comenzado por recordar que desde hace décadas Gaza está cercada por el ejército de Israel y sus colonos, que por orden gubernamental, invadieron y se apoderaron de gran parte del territorio, violando tratados internacionales y resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas. Todo eso ocurrió antes del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó la sangrienta operación “Inundación de Al Aqsa”, que Israel y Estados Unidos consideran el inicio de la “guerra” contra Israel.
La noticia en términos periodísticos neutrales, imparciales y éticos, es que se trata de un conflicto entre dos contendientes que comparten responsabilidad en su origen y, por lo tanto, también en su eventual finalización. Pero, incluso, aunque Gaza hubiese cometido crímenes atroces y errores imperdonables, nada justifica que Israel dispare sobre ciudadanos que no están combatiendo, viviendas humildes, escuelas y hospitales, en vez de concentrar los bombardeos en blancos militares y gubernamentales.
¿Qué es lo que impulsa la matanza de Israel?
Esta violencia infrahumana, solo puede ser descrita como venganza enfermiza –esencialmente histórica– que oscila entre racismo y sadismo. No obstante, la visible y sistemática dimensión del hecho, el poder invasivo y disuasivo de la maquinaria mediática occidental pudo contaminar el discurso de casi todas las instituciones mundiales, incluyendo la Organización de Naciones Unidas, cuyo lenguaje fue siempre discreto y equilibrado, al menos hasta 2021, cuando Estados Unidos rompió la tregua en Gaza –firmada con Egipto– e Israel lanzó un misil sobre un refugio-escuela de la Franja. El comunicado de la ONU fue vergonzoso: “Matar a niños mientras duermen es una afrenta contra todos nosotros”, como si matarlos despiertos expiara las culpas. El texto no condenaba el atentado por el riesgo que corrieron los infantes, sino por el peligro que representaba para “todos nosotros” (¿quiénes? ¿la ONU? ¿los funcionarios?) The New York Times, por su parte, “recreó” la tragedia con un titular deportivo: “Misil en café de playa de Gaza encuentra a clientes reunidos para ver la Copa Mundial de Fútbol”. La insensibilidad y ligereza con que NYT reseñó la tragedia desató una ola de protestas tan furiosa en las redes sociales, que el periódico se vio obligado a reemplazar el título por: “Buscan entre escombros de café de Gaza a víctimas que habían ido a ver un partido de fútbol”. Las agencias internacionales tuvieron que reconocer la ruptura de la tregua, obligadas por la versión que divulgó en primera página un modesto portal web de Guatemala: prensalibre.com. Tres años después, la ONU tuvo que endurecer el discurso y acusar a Israel de cometer violaciones “masivas” sin precedentes en Gaza: murieron 16.756 niños en 2023.
Los pequeños se hacen gigantes
Contra la manipulación masiva de las noticias, a mediados de 2020 surgió un pequeño grupo de diarios internacionales independientes, seguidos por un enjambre de medios de comunicación artesanales y redes sociales, la mayoría de alcance local, que decidieron reportar directamente desde el campo de batalla. A pesar de no tener el potencial tecnológico y capacidad financiera para competir con las grandes cadenas informativas, el periodismo heroico de Gaza abrió enormes agujeros a la credibilidad de los medios norteamericanos y europeos. También captó millones de nuevos lectores y ocasionó sensibles bajas entre los corresponsales estrellas. Rula Jebreal, analista del canal MSNBC, confesó sin titubeos que “nuestra cobertura es asquerosamente parcial”. La veracidad de los medios alternativos también provocó deserciones entre los Gobiernos europeos cuando se dieron cuenta del ocultamiento de la verdad, no solo en Gaza, sino también en Ucrania.
El periodismo en la Franja está pagando a sangre y fuego –valga la dramática expresión– derrotar la manipulación mediática. Jebreel Abu Kmail periodista freelance y miembro de la Junta Directiva del Sindicato de Periodistas Palestinos (SPP) narra lo que vivió a partir del 7 de octubre, es decir, cómo Israel intensificó la violencia: mató a 2.913 niños.
La muerte de periodistas pasa a la primera página
Más de las tres cuartas partes de los 99 periodistas y trabajadores de medios fallecidos en todo el mundo durante el 2023 murieron a causa de los bombardeos israelíes contra Gaza. En solo tres meses, más periodistas murieron en la Franja que en cualquier otro país durante un año, según Kathy Jones, investigadora, cineasta y columnista del diario mexicano La Vanguardia. La vicepresidenta de Reporteros sin Frontera en España, Edith Rodríguez Cachera, estimó que prácticamente el 100% de informadores y camarógrafos destacados en Gaza son palestinos. "Los vemos cubriendo el minuto a minuto para los medios, son todos locales y están sometidos a la misma represión salvaje que el resto de la población civil: evacuaciones forzosas, material y redacciones destruidos". La batalla por la verdad en Gaza apenas comienza, la de Israel por la mentira está terminando.
Los periodistas caídos hicieron historia
Raúl Pineda