Estoy almado | Comprar con brecha

29/10/2024.- Volvió la brecha. La diferencia entre el precio del dólar oficial y del paralelo revivió la especulación comercial que ya habíamos dejado atrás. En este escenario comprar los productos básicos puede ser un acto heroico. Todo comienza cuando te encomiendan hacer las compras del hogar. Después de un rápido cálculo, sabes que los recursos asignados no cubrirán la extensa lista de enseres entregada.

No tienes que ser economista; con revisar el precio del dólar (el no oficial) sospechas que la mitad de las cosas ya habrán aumentado, por lo que tu misión de "traerlo todo" puede culminar en fracaso. Cuando te ven la cara de derrotado, siempre tratan de consolarte con la frase: "Tranquilo, trae lo que te alcance".

Antes de enfrentarte con la subida inesperada de los precios, una táctica es evaluar exhaustivamente la lista de productos que debes adquirir. Para ello, te aseguras del tamaño y la cantidad de los empaques. También es muy importante si hay preferencias, por ejemplo, entre determinadas marcas de café, harina de maíz o de trigo, sal, azúcar o detergente. No intentes subestimar nada. En todas las marcas hay prejuicios y mitos, sin importar si la lista fue hecha por amos o amas de casa. "Tal café sabe mejor y rinde más", "No traigas la harina X, porque se empelota y las arepas quedan duras", "Ni se te ocurra comprar la sal W, porque no sala", "El jabón H no echa espuma y deja la ropa sucia".

Si los productos son para tu casa, puedes descartar de la lista artículos que, según tú, son innecesarios. El criterio para determinar qué es prioritario es sumamente peliagudo, porque lo que es vital para algunos, tal vez para ti no lo sea. Es parte de otra lección aprendida: gastar el dinero en lo que es, con seguridad, indispensable.

Al comprar siempre se parte del criterio de que los productos adquiridos deben beneficiar a todos dentro del hogar, y por nada del mundo responderán a antojos personales, a menos que haya una excepción para premiar a algún pariente. Si vives solo, puedes responsabilizarte por dilapidar el monto del condominio en la chuchería que tanto te gusta. Nadie se tiene que enterar del episodio. Pero si te confiaron una lista para un amplio grupo familiar, y piensas gastar en un capricho particular, al llegar debes presentar una justificación al nivel de tesis de doctorado, sin la certeza de salir bien librado.

Ya en la calle la cosa no es fácil. El tiempo atenta contra la necesidad de ruletear comercios para hallar los precios menos elevados, porque nada está barato… o lo que suelen decirte en la calle: "Es que todo está caro". Respeto a quien pueda decir eso, porque llegar a esa conclusión significa que has hecho un seguimiento en el tiempo del aumento de los precios.

En todo caso, las opciones para encontrar "el mejor precio" son pocas para un principiante en compras. Sin embargo, tienes que esforzarte, porque ahorrarse unos pocos churupos es percibido como una hazaña; eres visto, algo así, como un héroe de la viveza criolla.

Encontrar la mejor forma de pago también es parte de la travesía de comprar. Te explican que pagar con bolívares es mejor, porque si lo haces con dólares, pierdes por la diferencia de precios entre ambos mercados (el legal y el paralelo).

Al conseguir los productos y llegar a casa, el ritual debe culminar con la queja por los precios (siempre dando la sensación de que todo es muy caro, ¡siempre!). Tampoco puedes mencionar que después de comprar un producto lo viste en la siguiente esquina un poquito más barato. ¡Serás visto como un mal comprador!

Al final de la jornada, si cumples con traer al menos el 60% de la lista de insumos, y además te sobró algo de plata (así sea un sencillo como para pagar el bus), entonces pasaste la prueba: ya sabes hacer compras en medio de la brecha desatada entre el dólar oficial y el dólar informal de la especulación.

 

Manuel Palma


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