Psicosoma | Renaceres

… a veces hacemos de lo sencillo algo complejo, y viceversa, y […] se requiere coraje para afrontar lo que venga.

Lucrecia Sancho

 

05/11/2024.- Los pueblos de nuestra MATRIA grande son muy parecidos. Tuve recuerdos vívidos al salir de la Gran Área Metropolitana (GAM) al distrito Zaragoza de Palmarés, del Departamento de Alajuela. Fue un fin de semana inolvidable para el Festival Literario Palmarés (Felipa), en el que se integran las artes con el objetivo de cultivar e incentivar la lectura.

Compañeras escritoras que participamos en la capital como Laura Vázquez y Ana Sancho nos reencontramos. En especial, compartí con Ana Lucrecia, que me recibió en su hogar con su hija Nana y la chineada o mingoneada Luna, peluda nívea de doce años. No puedo evitar suspirar por el albino Adonis, de dieciocho años, que murió hace dos meses.

Los espacios del Centro de Bienestar Infantil Comunal se prestan al II Encuentro de Invierno con gente motivada para escuchar, crear, imaginar y danzar al ritmo de cuentistas, titiriteros, círculo de tambores, rifas, artesanía y emprendedoras con ventas de comidas, ropas y perfumes.

Desde la mañana salí cargada de libros y pasé por San José al IV Congreso Ideológico del Frente Amplio, que cumplía veinte años, lo que me hizo recordar el tango Volver de Carlos Gardel, con su verso "Veinte años no son nada". Pensaba que las reuniones eran abiertas… De todas formas, iba de paso a disculparme con el diputado Jonathan Acuña por no poder estar. Aún me causa hilaridad las "sorpresas que te da la vida", por los discursos de las chicas de logística, sus leyes de votación, preparación y, en fin… Rocío me explicaba, sin dejarme hablar, que me retiraba por mis compromisos… Entonces, "volé" a Palmares y no pude ir a Naranjo al encuentro del poeta músico Ferreto.

Los viajes ayudan al crecimiento humano y a comprender la maravillosa diversidad y que "nada es personal" en las relaciones interactivas. Los problemas no son los demás; cada quien va en su proceso. Cada ser nos regala su tiempo y es una oportunidad de aprender ante el caos y las crisis.

La cercanía nos hace sentir la humanidad sin juzgar y cada quien en su micromundo trata de ser. Así, las conversaciones con mis colegas escritoras me hicieron sentir la frágil estancia en el mundo y las ganas de seguir escribiendo en vez de perder el tiempo. Sería excelente que las escritoras participáramos en talleres vivenciales, cursos creativos, procesos del alma y espíritu, sanación…

El chofer del autobús, don Novo, me atendió en todo el trayecto y al llegar a la parada me indicó lugar y costo del taxi. Unas chicas lindas sabían del festival e indicaron al taxista la marcha a Zaragoza y el señor atento se quejó del poco turismo y de que son "una ciudad dormitorio" (madrugan y regresan de noche desde San José o Heredia por las tremendas colas de carros). Me comentó, por otra parte, de las fiestas de enero: el tope, la cabalgata y las corridas de toros en el redondel, con gran consumo al aire libre.

La separación de la vida urbana y rural es extrema y notoria para quien vive en la capital y en la provincia. Como dicen en Caracas, "Caracas es Caracas, y lo demás, monte y culebra", pero vienen las ganas de cambiar, con las músicas de la cimarrona. Es irresistible bailar el salto del sapo o el salto del anca de rana. Nos mueven a cultivar la cultura con los juegos lúdicos del arte. Por eso felicito al equipo creador y constructor de sueños: Asís Zúñiga, Ximena Cedeño y Rubén Gölcher por la coordinación y persistencia de las siembras y cuido constante con la motivación que se genera. Las personas se sintieron contentas y reconocieron el valor literario de sus escritoras palmareñas, como la adolescente de trece años Nahomy Barrantes Zárate, Marielos Benavides y Ana Sancho, del "pura vida" comunal.

Conocemos las políticas que recortan programas culturales y "gozan" o crean visiones mendicantes del artista bohemio, loco e irresponsable, y así nos pintan los "pajaritos preñados". El neoliberalismo fascista mantiene al pueblo ignorante. Por eso debemos recordar que "solo el pueblo salva al pueblo".

Amo al poeta cantautor Alí Primera cuando decía: "Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos" y creo en la resistencia cultural, que es arma y poder libertario. Con la unidad al verso y reverso vamos abriendo caminos y nunca cedemos. Así, viajo a Jusepín, petrolero de mechurrios roncadores, temblores del patio, sangre de gallos de peleas y delirium tremens por la caña. Aquí el guaro y la marihuana es el pan nuestro. Me recuerda a cuando trabajamos con los artistas y creadores en los caseríos en el gobierno de Chávez. Hacía un calor de desierto, niños desnutridos y barrigones. Vimos necesidades por montón, que no les importaban a los gobiernos caudillistas derechistas, pues solo cazaban guerrilleros para meterlos presos en Cocollar.

Las ferias de lecturas, la promoción del libro, la revalorización de la identidad cultural, el censo de artistas y autores y la publicación de autores inéditos nos hicieron posible creer en "los poderes creadores del pueblo". Es imposible conocernos si no nos leemos y compartimos las críticas para mejorar. "Nada es personal", repito, por el sensible caparazón del costarricense y el narcisismo humano.

Al día siguiente, más rosquillas con huevito y café oloroso y me apuro al domingo familiar. No nos equivocamos. Hay más público y me encanta ser la asistente de Lucrecia Sancho al bailar con los títeres el salto del sapo con Rubén.

El mundo interior se conecta con nuestro niño y niña internos, al compás del movimiento. Es una vivencia que invita a repetirla. La iglesia de piedras Nuestra Señora de las Mercedes me intriga como el cementerio y me despido contenta con más motivos para seguir amando al ser humano.

"Madre, déjame luchar […] porque quiero a mi pueblo" (Alí Primera).

 

Rosa Anca


Noticias Relacionadas