Memorias de un escuálido en decadencia | Trump

24/01/2025.- ¡Aprieten ese rabo! El 20 de enero, que lo teníamos como el día de la felicidad nuestra de todos los días, porque a lo mejor anunciaban una invasión de padre y señor mío contra el dictador, llegó el compañero Trump y no dijo un carajo de lo que tanto esperábamos. Se puso a decir todo lo que ya sabíamos. Otra vaina que nos arrechó fue que nos hizo quedar en ridículo, porque todos comenzamos a decir que el presidente electo y no juramentado, Edmundo González, estaría con él en la tarima sosteniéndole alguna pendejada, pero nada. El compañero Edmundo no apareció por ninguna parte, y cuando salió a ver qué estaba pasando en el entorno social, lo tumbó un carajo que iba en una bicicleta eléctrica. Se cayó primero que el dictador. Esas bicicletas eléctricas también tiene que prohibirlas Trump, como prohibió los carros eléctricos chinos… En fin, que nos quedamos esperando una vaina que nos volviera a impulsar para seguir adelante y lo que vimos fue al compañero Elon Musk levantando el brazo hitleriano para dejar por sentado con quién vamos a conversar de ahora en adelante. Un gobierno de millonarios que a lo mejor no quieren saber un carajo de nosotros los pobres de esta tierra, y, sin embargo, no hay nadie que admire más a un millonario que un pobre diablo.

Hubo una monja que le jodió el acto de juramentación al compañero Trump. Allí le pidió que no se metiera con los gais, ni con las lesbianas, ni con los LGHBT, en fin, que se quedara tranquilo y no jodiera más. Al hombre no le gustó mucho la vaina y le dijo que tenía un tono que no le gustaba mucho y que le pidiera disculpas. Así debe ser: ¡un hombre arrecho es lo que hace falta para que todo se componga! Lo que nos dejó locos de bola a bola fue cuando empezó a firmar decretos, como cuando el compañero Carlos Andrés Pérez entregaba la Orden Libertador a todo el que le diera la gana. El hombre volvió a meter a Cuba en los países terroristas, como diciéndole a Biden: "Tú estás loco de bola, ¿cómo se te ocurrió sacarlo de la lista?".

Todos los periodistas preguntaban por Venezuela, esperando que el hombre dijera la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, pero el hombre hablaba con piquetes y otras pendejadas y no anunció nunca lo que estábamos esperando. Por el contrario, dijo que las Fuerzas Armadas se quedan en Estados Unidos, lo que quiere decir que no va a invadir a nadie. Eso nos dejó un poco desilusionados, pero todavía seguimos aferrados a la esperanza, que es la última vaina que se pierde, según dicen los que dicen esa vaina.

No podemos dejar de hablar del pendejo de Guanipa, que se puso a decir que fue un fracaso el 9 de enero porque no fue nadie a la marcha. ¡Qué bolas tiene ese carajo! Esas vainas no se dicen, porque si nos ponemos a hablar de nuestros fracasos, vamos a pasar horas y horas contando y contando todos los fracasos que hemos tenido. Ahora nos invita María —Súmate— Machado a montarnos en un ring a pelear hasta el último round. Pareciera que ella no se ha enterado de la cantidad de coñazos que nos han dado. También nos llama a no votar en el montón de elecciones que se avecinan, porque esa es otra vaina: a esta dictadura no hay vaina que le guste más que llamar a una elección.

El papá de Margot buscó en internet el discurso de Trump en español en la toma de posesión, y de repente, se puso de pie y dijo: "¿Qué vaina es esa de la revolución del sentido común? El sentido común nos dice que solo nos salva una invasión, así que déjate de pendejadas, no joda". Y se puso de pie y fue directo al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "¡Trump, ven a buscar a este muérgano!".

—Ve a rezar, hijo mío. Ya es la hora de la conciencia y el pensar profundo… —me declama Margot.

 

Roberto Malaver


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