Psicosoma | Síndrome del ghosting: esfumarse
Una estrategia cruel
23/11/22.- El ghosting siempre ha existido en las relaciones interpersonales y se le conocía como alejamiento, negación, evitación, y es tendencia su uso en inglés, en esta época veloz, del deshecho, el desaparecer de las redes e incremento en pandemia.
Sus efectos negativos van a depender de la madurez psicoemocional de la víctima –ghostee– porque el ghoster selecciona. El bajón de autoestima y culpa incrementa un círculo vicioso al “aparecer” y no se dan cuenta de que les controlan el tiempo. Ese “yo te llamo’’ del irresponsable genera ansiedad, agresión, preocupación, despierta patrones compulsivos, obsesión…
Es mejor la desaparición absoluta que las reapariciones, porque la dependencia emocional del agresor regocija el ego y vanidad del abusivo o abusiva, hay “profesionales’’ del ghosting. En 2019, un estudio del Journal of Social and Personal Relationships reveló que una de cada cinco personas en el mundo había sufrido ghosting al menos una vez en su vida y actualmente se ha multiplicado.
El ghosting proviene de la palabra inglesa ghost –fantasma– y es la desaparición absoluta de la persona con la que se mantiene una relación, ya sea sentimental o no, como forma inesperada de acabar la misma. Sin señales previas, es de repente. Deja esa persona de responder las llamadas, las redes, deja de seguirte en redes sociales y deja de dar señales de vida, en todos los sentidos, no aparece, ni que se le busque como palito ‘e romero, desaparece sin dar la cara y que para evitarnos dolor, la rabia de la dejada, dar explicaciones: “Mira vamos a hablar”, sucede que agarran carretera sin rumbo conocido para el afectado o afectada. No se acepta que nos dejen plantados sin explicaciones, pero qué mejor que la desaparición. El rollo es que vuelve a veces este paracaidista y la sulamita ansiosa lo espera, creándose el círculo vicioso y dependencia emocional. Esta estrategia es harto conocida y aplicada por los hombres que han mantenido esposa, amante y arrejunte paralelamente… ahora con los jóvenes es más light y los puentean a cada rato, engañan, se autoengañan y entrampan en relaciones con fantasmas y no hablo del amor platónico, no, va hacia la persona a usarla para el sexo, trabajo, apoyo, es como una especie de crueldad dosificada, sutanita me sirve pa’ esto, menganito, perencejo… logra y viene el vacío absoluto, y al principio se siente decepción, pero es el otro quien es el culpable de su accionar con premeditación.
Ana Anka