Los ricos tienen el secreto para enriquecerse y están dispuestos a compartirlo.

Esa es, sin dudas, la barajita mejor vendida del capitalismo.

17/04/2025.- Para salir de la pobreza basta con que nos pasen un dato, como en las carreras de caballos, además de mucho esfuerzo y voluntad.

Las posibilidades están abiertas para todos, solo se necesita talento y trabajo. Así reza la conseja que intenta convencernos de que todos tenemos las mismas oportunidades de acceder al maravilloso mundo del consumo infinito.

Ese bien publicitado espejismo sería la causa de que millones de pobres terminen votando por candidatos de derecha y de extrema derecha. Candidatos cuyas verdaderas ideas de economía y política tienden a eternizar una situación en la que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Vista desde la estadística, esa propuesta no solo se cae de su peso, sino que además incluye una notable cuota de desprecio. Dado que los ricos son una ínfima minoría, habría que concluir, siempre de acuerdo con el postulado en cuestión, que el resto de la población es esencialmente perezosa o intrínsecamente idiota. De no ser así, ¿cómo es que aún siguen en la pobreza?

Lo cierto es que el espejismo se sigue vendiendo muy bien.

Acaba de suceder en Ecuador. Noboa, el niño rico nacido en Miami, parece haber vendido bastante bien la barajita del multimillonario dispuesto a compartir con todos los ecuatorianos la fórmula para alcanzar el saldo de su cuenta bancaria.

Más allá de los indudables indicios de fraude, no se puede negar que millones de ecuatorianos votaron por el vendedor de espejitos. Esa es la parte de la población que con su barajita en la mano y el estómago vacío seguirán convencidos, por ahora, de que la pobreza es un asunto de actitud y no el resultado de las asimetrías estructurales del capitalismo.

Una vieja caricatura de Quino mostraba a una señora enjoyada pasando con su limusina frente a un barrio miserable. Dirigiéndose al conductor del vehículo exclama: “Menos mal que ya van a venir a explicarles que no pueden seguir viviendo así.”

Con seguridad un mensaje similar al de Noboa para su pueblo, en el supuesto de que tenga un mensaje para esos menesterosos a quienes no se les ocurrió nacer en Miami.

Cósimo Mandrillo