Letra Veguera | Notas subnormales

La intención era escribir una nota de sobre Pablo Milanés

30/11/22.- Cuando me enteré de la muerte de Pablo Milanés fue simultáneo a un despertar brusco: una llamada de mi hermana contándome historias de cómo lo conoció en Caracas y desde entonces Yolanda se alojó para siempre en las costillas de un grupo de amigas y compañeros de tragos, sucesos políticos, despechos y azares de la vida.

Mientras la escuchaba sentí una desdicha que solo puede nacer de madrugada, cuando aún el pensamiento está virgen o huye de una sombra emboscada entre los sueños.

Al rato me levanté e hice un tazón de café y regresé llorando porque esas noticias hacen lágrimas, saladas, inéditas; pero afloran el llanto por todo y por nada.

Recordé a mis Yolandas y un tren comenzó a rodar ruidosamente en mi memoria.

Amaneciendo llamé a un Yolandista y evocamos y lloramos sin escándalo. Recordamos a Salvador Allende, a Silvio y a Fidel, pero como sabios resolviendo un crucigrama.

Así la conversación fue girando hacia "las negociaciones" y hacia otras canciones de Pablo que, una vez, hicieron perder un fajo de billetes a una Yolanda mía que los perdió en un parque mientras escuchaba todas sus canciones.

Ya con el sol dentro de casa yo iba de un lado a otro y de pronto una señora toca la puerta y me pregunta por el plomero. Le dije que si encontraba uno me lo trajera, porque es verdad que por aquí vivió uno, pero se fue para Japón.

 —¿¡Japón!?, preguntó asombrada. Y se preguntó por qué no se había ido a Chile.

—Es que en Japón la vida es menos complicada –le dije– fíjese: un hombre puede vivir sin hembra, sin una compañera, sin una amante, sin una pasión, sin una fuerza equilibrante, sin un amor y se siente chévere, está completo. Sobre todo, cuando posee una gran inteligencia emocional.

Los japoneses están tan bien formados y ha sido tan exitoso el modelo capitalista, que el individualismo, el éxito personal, es tan arraigado que los hombres sufren de misoginia.

Ella no entendió el significado de esa palabra y le expliqué.

—Ahora se casan con muñecas de aire, con cosas, con "seres" virtuales.

Huyó la señora.

Todo esto lo escribo este domingo. Y mi propósito era hacerlo sobre Pablo.

Pero me detuvo esta noticia: Un rayo mató a 47 búfalos en una hacienda de Mérida. Cayó sobre un rebaño de búfalos en la Agropecuaria HCG, ubicada entre los caseríos Km 9 y Km 12 del municipio Alberto Adriani de Mérida, en la carretera Panamericana, vía a San Cristóbal, matando a 47 de estos bovinos ayer jueves.

Cayó en un potrero anegado como consecuencias de las lluvias, sirviendo el agua como conductor de la energía que estos fenómenos generan, matando al menos 47 ejemplares bufalinos.

Las lluvias mantienen anegados los campos merideños y ya comienzan a presentarse enfermedades propias del exceso de agua, como la chinela en ganado vacuno, infecciones respiratorias en aves y ganado porcino y la disminución de los pastizales.

Con esta información del Diario de Los Andes y esa del vértigo de Norkys Batista en el restaurante de Altamira, más el video que hizo Tarek el Aissami a Drácula con Chávez y Maradona, me quedé en el sitio.

Lo de Pablo lo hablaré luego, en enero, que le haremos un homenaje en el Teatro Ruiz Guevara y estará Roberto Malaver.

Federico Ruiz Tirado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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