Memorias de un escuálido en decadencia | Paro
Nadie recuerda nada
08/12/22.- ¡Ni un paso atrás! Se cumplieron veinte años del heroico paro que iniciamos aquel 2 de diciembre de 2002, y nuestros dirigentes no dicen un carajo. No recuerdan nada. Y así, con cobardes, no se puede llegar al poder. Aquella ha sido una de nuestras más hermosas acciones. La dictadura perdió más de 25 mil millones de dólares, o mucho más, uno perdió la cuenta ante tanta alegría. Y sin embargo, hoy, nadie recuerda nada. Aquellos cacerolazos. Aquella Navidad sin hallacas ni beisbol profesional, gracias al compañero Ramón Guillermo Aveledo, a ese hombre hay que hacerle un homenaje en el Estadio Universitario. Los chavistas celebran cualquier vaina, y nosotros no somos capaces de recordar ni celebrar nada. Veníamos de participar en un golpe de Estado, y como no pudimos derrotar la dictadura, unimos nuestras fuerzas entre el pueblo y Pdvsa, como muy bien nos lo dijo el compañero Luis Giusti, y salimos a la calle otra vez, a tomar el poder, y en eso andamos: todavía eres tú la esperanza del alma mía.
La dictadura sí recuerda nuestro fracaso. Salen y escriben tuits por todas partes recordando cómo creen que derrotaron un paro que, según el compañero Carlos Ortega, –otro homenaje para este hombre– se nos fue de las manos. Todas las tardes, a las seis pm, estuvimos en nuestros medios indicando el camino a seguir para la derrota definitiva de este régimen; pero nada, sin embargo, muchos de nosotros sí recordamos hoy con fervor y lucha patriótica, nuestra participación en ese heroico paro. También, el compañero Carlos Ortega, dijo esa frase célebre: "el paro no ha terminado, el paro está flexibilizado", y en eso creemos y esperamos que de un momento a otro, viendo lo que la dictadura está haciendo con la industria petrolera, el pueblo petrolero y el pueblo de la calle, retomen nuestras ideas, pacíficas pero activas, bien activas, para seguir peleando hasta vencer. Es hora de asumir tanto los éxitos como los errores, de los errores se aprende mucho más que de los éxitos, si no que lo diga nuestro compañero Ismael –Instin– García, que ha aprendido tanto de sus saltos de talanquera, que todavía hoy sigue pensando en qué palo saltar nuevamente. Seguimos aferrados en derrotar la dictadura, y sabemos que nuestros mejores hombres están luchando en el exilio por volver al país a tomar el poder, así, como un día glorioso volvieron al país, Rafael Caldera, Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt, y el comunista Gustavo Machado, una vez que el pueblo derrotó a ese otro dictador, Marcos Pérez Jiménez.
En Argentina se ha hecho justicia con la condena a la comunista Cristina Fernández. Eso tenemos que celebrarlo en grande en la oposición. No solo hay que pensarlo, hay que salir a decirlo. Como también nos alegró la cárcel de Lula, y la persecución contra Rafael Correa en Ecuador. Esos han sido triunfos que a nosotros nos alegran, pero que sin embargo, no lo decimos, no lo comunicamos, sino que los celebramos entre nosotros, sin que nadie más sepa cómo nos alegra eso que llaman Lawfare, que nos está haciendo tanto bien. Hay que ver cómo aplicamos eso en el país, el compañero Biden tiene que ver cómo nos ayuda con eso. En vez de la Carta Democrática de la OEA, que no nos sirvió para un carajo, debemos pedir Lawfare ya.
El papá de Margot llegó diciendo: “La dictadura está recordando los veinte años del paro y dicen que ahora Pdvsa sí va a salir adelante, si no salió adelante con nosotros, es decir, con los meritócratas que teníamos allí, no sale con más nadie. En veinte años ya esa gente hubiese sembrado el petróleo y nosotros estaríamos disfrutando de esa cosecha”. Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro, que la vecina gritó: "Dale más duro, que esa puerta te la regaló el gobierno, desgraciado”.
—Toma este puñal, y ábreme las venas. –Me canta Margot.
Roberto Malaver