28/11/22.- Tal vez la educación sea el tema más mencionado desde la tribuna politiquera de los demagogos.

Y es fácil de entender que así sea toda vez que ya a finales del siglo pasado cantidad de escuelas y liceos terminaban el año escolar con baños y pupitres destrozados y, en general, saqueadas por el hampa local que se llevaba desde computadoras, donde las había, hasta los pizarrones que ahora poco se usan.

La paga de maestros y profesores también era “un tema” porque con el pasar de los años la democracia que heredó del dictador Pérez Jiménez escuelas y liceos, pocos para el tamaño de la población pero impecables, y con profesores contentos con el sueldo, había terminado masificando a costa de la calidad de la educación y llenando el sistema de “supervisores”, que generalmente ni asistían a las aulas ni supervisaban nada, porque eran militantes de partidos a los que se consideraba “intocables”.

Desde luego que el pensum también se iba quedando retrasado, pero de eso no hablaban los politiqueros porque a esos bichitos les bastaba con mencionar en cada reunión “los baños sin pocetas o la falta de pupitres”.

Con esas menciones ganaban aplausos de un público irresponsable que en muchos casos ya se desinteresaba de la educación que recibían y reciben los muchachos.

La pugna polarizada de aquellos y estos años, elegía terreno en el campo del sueldo de los maestros y profesores, y a principio del año escolar se reparaban a toda velocidad escuelas y liceos.

DPe esa manera llegamos al día de hoy donde la población y no pocos de los políticos siguen atados a discutir infraestructura –tema necesario- y salarios, mientras nuestra educación gradúa bachilleres y profesionales para que emigren a trabajar como choferes de Uber.

Y la educación es vital para enderezar el país, tanto o más que cualquier otro asunto público.

Pero antes de permitir que el debate termine llevando sus aguas al molino de pupitres rotos y salarios de hambre, hay que enseñar para concientizar que es el primer paso antes de resolver el problema.

Pocos han pensado que la educación como existe hoy día, no existía en épocas de reyes y emperadores.

Entonces, ñel pueblo no recibía educación como tal porque solo se enseñaban a los hijos de reyes y poderosos que eran las cortes.

Fue la Revolución francesa la que comenzó a impulsar la educación para todos, como manera de enseñar que había otra forma de gobernar.

Y así fue como los futuros demócratas y republicanos –no me refiero a los partidos de USA– comenzaron un proceso para deslavar el cerebro de una población a la que habían acostumbrado durante siglos, más bien milenios, a pensar que Dios, a través del Papa, escogía al rey como al mandatario.

La educación no solo sirve para enseñar, poco a poco, a los jóvenes una carrera o profesión, sino para que el sistema de gobierno al menos se entienda como cosa natural.

Y en Venezuela se ha pretendido revolucionar la vida, pero enseñando a los jóvenes, a través de la educación, como se enseñaron a los abuelos. Y el mundo ha cambiado.

Un ejemplo a seguir, respetando nuestra idiosincrasia, sería el japonés.

Japón, país considerado el mejor del mundo en cuanto a la educación que allí reciben los estudiantes, acaba, sin embargo, de revolucionar el pensum.

Los japoneses ahora son educados para la globalidad y en tal sentido aprenderán pocas materias, pero vitales para sobrevivir en este siglo.

Aprenderán idiomas extranjeros a la perfección. Entre esas lenguas destacan el inglés, el chino mandarín, el alemán y el francés.

El español y el ruso serán lenguas optativas, lo cual indica qué tan atrasados nos consideran en el Japón a los peninsulares y a nosotros, porque con Rusia es la geopolítica quien manda.

Programación habrá en ese nuevo pensum japonés, también historia y geografía pero no la tradicional.

La historia se verá como resultado de interacciones entre imperios rivales: será historia universal.

Y la geografía también se verá con óptica universal, pero incluyendo en la valoración muchas dosis de economía y recursos.

El debate nuestro no es quién pagará más a los maestros, sino quién preparará mejor a los venezolanos para que no tengan que emigrar porque desde nuestro país no se puede crear más riquezas que en el exterior, donde para colmo no nos quieren a los venezolanos.

Entre los 40 candidatos(as) opositores ninguno toca el tema con este dejo de patriotismo, y el gobierno tampoco porque al Presidente lo tienen asediado a punta de reclamos por los bajos salarios de profes y maestros.

Asediado el presidente Maduro por los mismos que al pedir sanciones contra Venezuela merman los ingresos de todo el país.

Feliz 2023.

Domingo Alberto Rangel