Micromentarios | Espejismos fata morgana
Son refracciones de la luz en la atmósfera
03/01/2023.- El 18 de junio de 1815, en una sombría llanura cerca de la población belga de Waterloo, se produjo una de las batallas más recordadas de la historia. En ella, las tropas al mando del emperador francés Napoleón I fueron derrotadas por los ejércitos aliados de Prusia, Sajonia e Inglaterra, comandados por el militar británico Arthur Wellesley, duque de Wellington.
Al término de esta batalla, Napoleón huyó del lugar y cuatro días más tarde firmó su abdicación, apartándose del trono imperial de Francia que él mismo se había forjado.
La mañana de ese 18 de junio de 1815, a 105 kilómetros de Waterloo y en el pueblo belga de Verviers, se produjo un fenómeno óptico extraordinario que fue observado con asombro durante varios minutos por los vecinos del lugar.
En el cielo se vio una proyección de la batalla que se estaba iniciando en ese momento, tan nítida que se vislumbraban claramente los caballos, los cañones disparando, el humo de las explosiones y los disparos hechos por los soldados de uno y otro bando.
Dicho fenómeno no ha sido exclusivo de ese día y se ha producido en otras ocasiones y lugares. Es un tipo de espejismo, dado que se trata de una refracción de la luz en la atmósfera, que permite observar sucesos ocurridos a cientos o miles de kilómetros de distancia, tal y como si se les estuviese proyectando en el cielo.
Se le conoce como espejismo fata morgana, en referencia a la hermanastra del rey Arturo que, según la leyenda del fabuloso rey bretón, era un hada cambiante.
Estos espejismos se deben a una inversión de la temperatura. Cuando el tiempo está en calma, la separación entre el aire caliente y el aire frío (que es más denso) cerca de la superficie terrestre actúa a veces como un lente refractante, produciendo una imagen invertida.
Uno de los más célebres espejismos fata morgana es la llamada Tierra de Crocker, un territorio que hasta llegó a aparecer en los mapas, en el océano Ártico, debido a que lo habían observado diversos navegantes entre 1818 y 1913. Sin embargo, el mismo nunca fue hallado en los años posteriores y no ha sido detectado por ningún satélite ni avistado por algún barco exploratorio.
En lugares como el continente antártico, tales espejismos son más o menos frecuentes. Sin embargo, el más conocido es el que se produce en la costa meridional de Sicilia, en el estrecho de Messina, entre Calabria y Sicilia. El mismo ha sido visto en numerosas oportunidades, pero no se ha convertido en atracción turística, dado que no ocurre en fechas ni condiciones ambientales fijas.
Este tipo de espejismo también muestra accidentes geográficos ubicados en las inmediaciones del horizonte –como islas, icebergs y pequeños montes–, con apariencia alargada, lo cual hace que se vean como espacios terrestres de gran tamaño.
En otros lugares, dicho fenómeno provoca ilusiones ópticas que muestran barcos de diverso tonelaje navegando en el aire, como en los dibujos de los niños. En la red hay numerosas fotografías que las atestiguan.
Armando José Sequera