07/01/23.-  La oposición venezolana, Plataforma Unitaria y otras, al fin se sacudió del autoproclamado presidente interino Juan Guaidó, apoyado por el exemperador de la Casa Blanca, Donald Trump; el ahora presidente de Estados Unidos (EEUU), Joe Biden; Guillermo Lasso de Ecuador; Mario Abdo Benítez de Paraguay, y Luis Lacalle Pou de Uruguay. Ya que la complacencia de la Unión Europea (UE) con Guaidó está en vía de extinción. El chasco de Guaidó comenzó a derrumbarse desde que el show mediático armado en la frontera binacional de nuestro país y la vecina Colombia, el 24 de febrero de 2019, porque no pudo surtir los efectos para cuajar un golpe de Estado, promovido por los Gobiernos de Colombia y EE. UU. contra el presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduros Moros.

Juan Guaidó, el personajillo usurpador que facilitó, subordinado al Departamento de Estado de EE. UU., delitos contra la propiedad del Estado venezolano con el acto más gigantesco de corrupción en la historia venezolana. En 2020, el robo de los activos del país sobrepasaba los 116 mil millones de dólares, acción que en Venezuela o en otro país del planeta Tierra llevaría a un tácito castigo punitivo severo. Con ese dinero como afirmara el presidente Nicolás Maduro, se podría haber construido 11 millones de viviendas para los habitantes más necesitados del país. Se espera la liberación de 3 mil millones de dólares, inmovilizados por secuestro, para invertirlos en electricidad, en aguas, en educación, salud, y paliar daños por torrenciales aguaceros.

Hoy Juan Guaidó ha sido derrocado por la banda que lo acompañó en su periplo por Miami, donde se reunió en secreto con Marco (Narco) Rubio en uso del supuesto nombre de presidente interino de Venezuela con el cual ha cometido el ejercicio fraudulento de la función pública. Sus ínfulas de mandatario que nunca lo fue, producto de haber sido levantado y financiado con dinero de la Casa Blanca, la ultraderecha venezolana y grupos paramilitares colombianos como “Los Rastrojos” en comunidad con el anterior presidente de Colombia, Iván Duque. A Guaidó lo llevó a untarse –y no de miel pura– grandemente con el dinero recibido, el que se robó debido a las sanciones y las acciones terroristas aplicadas contra el Estado bolivariano, dirigidas por el imperialismo norteamericano y sus aliados europeos.

A todo ladrón le llega su hora, a Guaidó le llegó, ahora le toca recoger su veneno que sembró ayer. La traición cometida contra la moral y la legalidad constitucional de Venezuela, le condenan. Su conducta personal, la corrupción compartida con Leopoldo López, Julio Borges y otros, en detrimento del patrimonio nacional, le concedió la descomposición moral que venía progresando en él tras los hechos de traición a la patria en que estaba y todavía pretende seguir incurriendo.

En nombre de los que fallecieron por un país digno y respetable a consecuencia de las sanciones, amenazas, embargos, asesinatos y ofensivas diplomáticas dirigidas por Guaidó, los tribunales de la República Bolivariana de Venezuela están obligados a ser severo ante el desplome de este personaje. Hoy la Patria de Bolívar no puede ser generosa sin hacerse un daño profundo a sí misma.

J. J. Álvarez