Al derecho y al revés | La miss y los maestros

18/01/23.- La vida, si uno es detallista, a veces nos brinda coincidencias que a primera vista no parecen serlo: y  esta semana dos hechos aparentemente inconexos corroboran tal hipótesis.

El concurso Miss Universo, donde tantas venezolanas  se han destacado es quizás la quintaesencia de lo que en Caracas llamamos “sifrinismo”.

Neologismo que dependiendo de dónde y a quién se le  endilgue puede significar un abanico de posibilidades… desde engreído que se cree de la alta oligarquía sin serlo y desprecia al pueblo de dónde proviene… hasta persona que busca destacarse del resto… vistiendo prendas costosas aunque tenga que hacer dieta para comprarlas… o esconderse de quienes le prestaron dinero para aperar el vestuario.

Por otra parte las protestas de maestros y profesores  pertenecen al mundo gremial donde pocos se preocupan de la forma y más bien un sindicalista vestido de sifrino… difícilmente llegara lejos.

Sin embargo como veo las cosas, esas protestas por  los bajos salarios… unidas a la huelga contra escuelas públicas –no tocaron las privadas ni siquiera verbalmente- tienen un común denominador con los rezongos por el final del Miss Universo… desatados a raíz de un supuesto “robo” a la venezolana.

En ambos casos y a pesar de la cobertura mediática… cobertura que en algún momento opacó la espantosa pero viral canción de Shakira contra su ex… logró que entre los maestros que se suponían preparados para comenzar el año… con un llamado a huelga... o entre los indignados porque “nos robaron en el Miss Universo”… se vieran atisbos de alguna solución práctica a ambas situaciones.

Razón que explica el que ni los maestros ni los  venezolanos furiosos por el presunto robo a nuestra Miss por parte de los yanquis –lo cual es de aplaudir como un paso hacia adelante ya que estos ciudadanos jamás habían protestado por anteriores  robos producto de las sanciones… por ejemplo-… tengan líderes con peso para entusiasmar al resto de los venezolanos.

Es que fue el petróleo quien permitió que los venezolanos ganáramos salarios de primer mundo y que las venezolanas lucieran más bellas que el resto de las hispanoamericanas que no tenían para pintarse los cabellos… vestir a la moda etc.

No fueron Osmel Souza quien hizo bellas a las venezolanas… ni tampoco nos hicieron ricos los sindicalistas del puntofijismo que solían exigir a los Presidentes aumentos de salarios los primeros de mayo… para solaz de los sindicalizados al servicio del estado… y desgracia de quienes trabajábamos por nuestra cuenta que sin aumentos teníamos que afrontar la inflación.

Y petróleo ahora se vende poco debido entre otras cosas a las sanciones apoyadas por los politiqueros (as) que ahora se rasgan las vestiduras por los maestros.

Y el lugar del petróleo lo han tomado en el resto de  la América mestiza otras mercancías que ahora como la coca por ejemplo… permiten que otras hispanoamericanas se puedan embellecer que no es asunto barato.

Pero soluciones prácticas las hay: por ejemplo aprovechar el siglo petrolero que tuvimos para hacernos un nicho donde las venezolanas no tienen aún rival… que es la belleza… lo “chic” si se quiere.

Y allí es dónde se une la revolución que requiere nuestra anquilosada educación, con la oportunidad: ¿por qué Venezuela no produce su moda femenina?

¿Por qué nuestra industria es incapaz de desarrollar  fórmulas de belleza propias?

¿Es imposible acaso educar para ello químicos venezolanos… ingenieros textiles… y exportar lo que se ha comprobado es un nicho de las venezolanas?

¿Y para qué sirven las protestas estilo siglo pasado… si saben que no hay recursos para aumentar a todos?

Si los maestros en vez de exhibir en algunos casos barrigas que no son de hambre… hubieran planteado medidas para facilitar la creación de riquezas… para que todos ganemos más… ¿no sería mejor?

¿Y si los sifrinos (as) venezolanos toman el camino de Titina Penzini…  una venezolana que se ha creado su nicho en el mundo de la moda… como antes lo hizo Carolina Herrera… en vez de patalear por haber perdido una corona que la venezolana y otras seguramente merecían más… pero que la nuestra ni tanto por aparecer con banderas de 7 estrellas como una politiquera cualquiera… no seríamos un país mejor?

Domingo Alberto Rangel


Noticias Relacionadas