Al derecho y al revés | No es derecha contra izquierda
Los manifestantes de ambas marchas pedían lo mismo
El Gobierno nacional este año organizó dos marchas en la capital federal… y las oposiciones, golpeadas a más no poder por el fin del interinato –que por cierto se niega a partir– se concentraron en la UCV.
Escuchando uno las consignas y peticiones… quitando el “Maduro vete ya” que lleva casi una década… el buen observador se encontrará con que los manifestantes de ambas marchas pedían lo mismo.
La oposición, mediante las protestas de los educadores por el bajísimo salario, exigió aumento de sueldo.
Y los militantes del gobierno, en síntesis, pidieron el cese de las sanciones de USA… ilegales y abusivas… como paso previo a un aumento general de salarios.
Desde ese punto de vista, y estando ambos grupos compuestos de venezolanos o residentes en el país, lo más lógico habría sido que, si pedían lo mismo, ambos grupos unieran fuerzas.
Algo lógico si el alma humana lo fuese, pero imposible, vistas las circunstancias.
Y la mayor de ellas –no es la única– alimenta el mayor complot –o cambio– desde que el ser humano anda por la Tierra.
Cuando comenzó la encerrona por el covid comenté en uno de mis artículos que si esa situación continuaba, como lo fue por casi tres años, volveríamos a la Edad Media.
Bien, a más de tres años las capas medias de la población mundial que se caracterizan por poseer pequeños capitales a fuerza de trabajo y ahorro, tienen las chequeras vacías a final de mes.
Y esa situación se ve en casi todo el mundo con lo cual solo quedan como clases sociales activas, los muy ricos, que son pocos, y el resto de la población que independientemente de que viva en un apartamento, bajo un puente, o en una mansión, se quedó casi sin ahorros.
Ante tal situación, que en vez de disminuir, avanza no veo razones para que venezolanos estén enfrentados, si prácticamente todos sueñan con el mismo final.
Entendido esto, vuelvo a recordar la poderosísima clase rica que, según se observa el diario devenir, puja y empuja para que lo que queda de clase media se empobrezca y con ello caiga el apoyo al Estado nacional, que es el único ente –cuando funciona– capaz de enfrentar una ofensiva que en estos años acabó con los negocitos “presenciales”, que al cerrar por falta de clientes pasan a ser fagocitados por los grandes de internet. Y ahora en su afán de dominar al mundo vienen por el agua, el subsuelo y los alimentos.
Evidentemente estamos ante una lucha de clases distinta a la que estudiaba Carlos Marx, distinta porque ahora la globalización que en definitiva es el partido de los muy ricos, enfrenta y une por igual a socialistas y nacionalistas, a liberales y conservadores, y busca derrocar a los gobernantes que les den la cara.
De manera que el político o ciudadano decente será expulsado del grupo globalista… si y solo si le entrega su apoyo a los Estados nacionales y gobernantes patriotas.
Y he aquí la primera explicación sobre porqué era imposible, tras dos décadas de manipulación en los medios, que ambas marchas se unieran en una misma petición.
Dos décadas haciéndole creer al venezolano opositor que sus líderes eran y son personajes impolutos, dueños de la verdad junto a locutores y fablistanas confabulados que ocultan preguntas incómodas que pudieran venir del público o las intervenciones de otros invitados. Algo que el interinato demostró como falsedad.
Y lo peor, confabulados estos politiquillos y cagatintas con el poder mundial que les paga sus modos de vida y vacaciones en Miami, para llevar a Venezuela a una situación de guerra civil, ya que empobreciéndonos como nunca no han logrado tomar el poder, salvo en Narmia.
Corolario: esta lucha no es de derechas contra izquierdas, o de socialistas enfrentados a liberales, es otra cosa y hace rato era hora de que nuestros dirigentes políticos patriotas le expliquen a la población, antes de que sea tarde.