28/01/23.- El diario El País de España publicó un artículo en el que adelanta que no habrá primarias antichavistas por dos razones: falta de dinero y la inconveniencia de algunas oposiciones de medirse electoralmente, en medio de una percepción generalizada de la población que señala al antichavismo de robarse el dinero de los activos del país y, al mismo tiempo, de ser responsables de pedir la aplicación sanciones que tanto daño le hacen a las inmensas mayorías que sobreviven a la actual precariedad económica.

Lo de la falta de dinero no es una sorpresa. El dinero que usaba la oposición para financiarse, de forma rápida y sin rendir cuentas a nadie, salía directamente de las arcas de Monómeros. Desde la mamá de Leopoldo López hasta algunos candidatos opositores a la gobernación echaron mano del dinero de Monómeros. La dejaron casi en el hueso, a punto de privatizarla.  

Sin embargo, el chorro de Monómeros se cerró para los partidos opositores desde que la empresa se encuentra en proceso de recuperación por el Estado venezolano en cooperación con el gobierno de Petro. 

El resto del financiamiento del antichavismo proviene del Norte, mediante “ayudas” de organismos estadounidenses que se venden como falsos defensores de la libertad y democracia venezolana. El detalle es que el desfalco del interinato fue tan descomunal que desde EE. UU. ya no quieren soltar más plata al antichavismo. 

Desde EE. UU. y Europa no quieren ser robados, una vez más, como ocurrió con los recursos de la “ayuda humanitaria” (el intento de invadir al país por Cúcuta) y otros robos contabilizados como financiamiento a partidos opositores. 

Eso justifica la decisión de la oposición de destronar a Guaidó. Ahora intentan recuperar la confianza de sus financistas del Norte para seguir viviendo cómo multimillonarios, a costa del dinero secuestrado, se hacen de los activos de la nación. 

Esa es, básicamente, la tarea de partidos como Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo en una comisión parlamentaria de fantasía, cuyo periodo venció en 2015, pero que mantienen a flote, violando flagrantemente la Constitución y las leyes, para tratar de saquear el dinero que Guaidó les negó. La cosa es que ahora desde el Norte le están pidiendo rendición de cuentas antes de aprobar otro desembolso millonario. Y eso es como pedirle a la Tierra que deje de girar. 

Eso se traduce en que hoy la oposición se encuentra técnicamente quebrada. Por eso empiezan a asomar que su candidato puede ser escogido en “consenso” (a dedo) en vez de primarias. 

Otra vía para recibir financiamiento, y salvar el financiamiento de las primarias, son las oenegés, creadas por familiares y amigos de dirigentes de partidos opositores, para recibir el dinero que desde el Norte esperaban mediante el relanzamiento publicitario del interinato, con una exdiputada de Primero Justicia al frente. Se fijaron junio como fecha límite para obtener los recursos vía oenegés. Es decir, antes de sus primarias.

Pero lo más probable es que la Asamblea Nacional apruebe antes de junio (quizás mucho antes) la ley de las oenegés, que por fin busca poner orden al negocio de estas organizaciones que desde Chávez actúan al margen de la ley. 

Este proyecto de ley, además, viene a cerrar el último chorro de financiamiento con el que contaba la oposición este año para hacer sus primarias y continuar viviendo una vida opulenta. De ahí la virulenta reacción de sus aparatos mediáticos y redes sociales, con oenegés incluidas. 

Así las cosas, al parecer la derecha venezolana afronta los efectos de una crisis económica en la que ellos son corresponsables y promotores directos, pero con la diferencia de no haber sufrido tanto la crisis como ha pasado con la mayoría del país. 

Tal vez sirva de consuelo que ahora cuando ellos necesitan dinero para medirse en elecciones, no lo tienen a causa de sus propios desmanes cometidos contra el país, tras pedir sanciones y activar una campaña de satanización del país en los mercados internacionales. “Todo se devuelve” dicen los viejos.

Manuel Palma