Historia viva | La Candelaria rebelde

Más de mil canarios y cimarrones se alzaron en Caracas contra la monarquía en 1745

01/02/23.- Decir que la Candelaria fue fundada como parroquia en 1750 es una aproximación “documental” dada por una cédula real ese año, en tanto que desde finales de 1600 ya había sido habitada por canarios o algunos “blancos de orilla”, ocupados en faenas agrícolas para alimentarse a sí mismos, a los mantuanos de los alrededores de la Plaza Mayor, terratenientes de los valles periféricos de la villa de Caracas y otros cuerpos de la oficialidad de gobierno asentados en el perímetro de la incipiente aldea, pero antes incluso fue territorio de los pueblos caribes "caraqueños".

La misma calle que hoy luce bulliciosa, colorida y que recorre desde la esquina de Catedral hasta más allá de Paraderos a Venus, antes debió ser un camino indiano, luego convertida en entrada principal por donde llegaban las dotaciones de alimentos que venían desde las haciendas de Barlovento, que entonces comenzaba en Chacaíto y se extendía hasta Cúpira en territorio tomuza al oriente de la provincia de Venezuela

Corrales de ganado como los de Oviedo y Baños, el mismo que escribió la Historia de la Provincia de Venezuela, fueron dando paso a los reclamos de los vecinos que ocupaban los espacios para construir sus casas, veredas y callejones que dieron forma a la nueva barriada, desasistidos por el alcalde Feliciano Palacios y Sojo a decir de la notable historiadora Carmen Clemente Travieso en su obra Las Esquinas de Caracas.

Desde que se fomentó la primera iglesia de la Candelaria, en 1708, con el empuje de los canarios, la gran mayoría jornaleros o productores agropecuarios que aportaron dinero en colectas y trabajo físico para tener un templo digno donde orar y realizar las convenciones católica cristianas, las procesiones han recorrido esas calles primero de tierra, luego empedradas y desde el siglo XX asfaltadas, en más de 300 años de tradición religiosa.

En la esquina suroeste de la hoy Plaza Candelaria se encontraba la casa de habitación de un canario cuyo nombre fue Juan Francisco de León, quien se opuso con la fuerza de los cimarrones barloventeños y otros productores de cacao a la Compañía Guipuzcoana, que intentó espoliar a los operarios con un alto porcentaje de impuestos de la producción que venía de Barlovento. De León, que había obtenido una real cédula para ejercer la autoridad española y fundar haciendas en Barlovento, desde Panaquire hasta El Guapo, realizó una notable labor de organización económica, militar y civil, pero pronto se dio cuenta de la defraudación de la institución española cuando fue sustituido por Martín de Echevarría, nombrado por el nuevo gobernador de la provincia de Venezuela, Luis Francisco Castellanos (1747-1749), bajo el pretexto de que De León era muy permisivo con el contrabando en el comercio de cacao que hacían con los holandeses en las costas barloventeñas. El monopolio y control del comercio que realizaba la Compañía Guipuzcoana desde 1728, operaba desde la entrada de toda la producción de cacao de Barlovento a Caracas, que debía ingresar por la esquina de Alcabala en Candelaria.

Pero desde abril 1745 comenzaron las conspiraciones contra este monopolio cuando, desde Chacao, Juan Francisco de León se alzó junto a otros productores y trabajadores que decidieron tomar la gobernación y desoír las órdenes emanadas de la Guipuzcoana.

Un conflicto que temporalmente suspendió aquel monopolio hasta que en 1752 fue enviado el marino Julián de Arriaga, con mil quinientos infantes y un escuadrón de caballería para realizar la persecución del líder canario rebelde, y por órdenes del gobernador Felipe Ricardos, su casa fue quemada, destruida y sembrada de sal, y en el terreno fue erigida una columna con la inscripción “Para la perpetua memoria de su infamia”, que fue derrumbada en 1811 a raíz del movimiento independentista, cuando le rindieron honores al capitán Juan Francisco de León por su firme oposición a las autoridades monárquicas y sus imposiciones monopolistas.

El canario rebelde antes de entregarse intentó otra rebelión, esta vez desde los valles de Aragua, pero finalmente fue superado por las tropas españolas y se entregó al gobernador Ricardos quien lo envió a Cádiz, España, donde murió. Sus dos hijos fueron deportados a África, uno de ellos regresó a Venezuela mientras que el otro murió desterrado.

El canario rebelde Juan Francisco de León merece un memorial en los alrededores de la Plaza Candelaria para que su gesta sea recordada, algunos autores le dan crédito por ser de los primeros intentos de independencia contra la monarquía española en Venezuela.

Mientras, por las mismas calles por donde se alzó Juan Francisco de León con cerca de mil cimarrones y blancos de orilla, siguen las procesiones a la Virgen de la Candelaria, patrona de los canarios que desde hace más de 300 años habitan esta comunidad caraqueña.

Aldemaro Barrios Romero

venezuelared@gmail.com

 

 

 


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