Derreflexión | Los cinco principios estoicos para que nada te afecte
Algunas personas hoy día se decantan por el estoicismo para enfrentar las adversidades
04/02/23.- En la actualidad, muchas personas, tal como en tiempos pasados, se abocan a la búsqueda de la felicidad, mientras que otros prefieren la tranquilidad, siguiendo la máxima de que, en la vida, el mejor estado es el de la tranquilidad.
No obstante, en un mundo tan ajetreado y competitivo como el de hoy día, esto no es fácil. Aunado a ello, la información de la que se dispone es abundante, el uso de pantallas es excesivo y a cada minuto se reciben estímulos de muchas partes, sobre todo de la publicidad. Lo que mayormente se busca es impresionar a las personas y llevarlas a que ejecuten una acción.
Ante este escenario, no cabe duda lo difícil que resulta conseguir un estado de calma. Por ello, hay quienes encuentran en la escuela filosófica del estoicismo la clave para regular sus emociones y experimentar serenidad.
En este sentido, los principios estoicos para que nada afecte, según Epicteto, pueden ser de gran ayuda.
Los cinco principios estoicos para que nada te afecte, según Epicteto
Ser estoico equivale a permanecer indiferente, bien sea al dolor, al placer o a la alegría, y una de las sentencias más conocidas del filósofo Epicteto, conocido por sus obras El Enquiridion (manual) y sus Discursos, es aquella en la cual se lee: “No son las circunstancias las que trastornan a las personas, sino cómo interpretan las circunstancias”, es decir, que ante la aparente “pasividad” que podría suponer esta corriente filosófica, más bien el ser humano es un ente activo capaz de decidir cómo afrontar una situación.
Para Epicteto, cada persona tiene la responsabilidad de vivir de la mejor forma y está dotada de libertad para elegir, aunque dichas elecciones pudiesen estar delimitadas por lo que él llamó logos, o fuerza eterna que guía el funcionamiento del universo, equiparable –según algunos teóricos–con la idea de Dios.
Sea como fuere, Epicteto, según las enseñanzas recogidas por su alumno Arriano, reconoce que la vida puede ser impactada por los diversos cambios que acaecen, pero el ser humano es responsable de la forma en la cual reacciona ante lo que ocurre. Aceptar esta realidad ayuda a liberarse y dejar de ser un esclavo de las circunstancias, convirtiéndose en dueño de su propia vida. Cabe recordar que Epicteto fue un esclavo que, luego de conseguir la libertad, se dedicó a la filosofía, por lo que las alusiones a la idea de esclavitud y libertad no son ajenas en su pensamiento.
La obra de Epicteto fue muy influyente, a tal punto de que el emperador Marco Aurelio la tomó como una inspiración, haciendo mención del filósofo estoico en su libro Meditaciones.
La filosofía de Epicteto, tan atractiva para un gran número de personas, tanto en el pasado como en el presente, está centrada en aspectos éticos sobre cómo vivir de la mejor forma y alcanzar la paz interior.
Algunos de los principios medulares del pensamiento de Epicteto son los siguientes:
1- Un destino que está predeterminado: el ser humano nace y su existencia ya está predeterminada por un plan divino que no se puede cambiar. Por ello, carece de sentido preocuparse o sentir angustia, pues las cosas suceden como han de suceder y no pueden ser de otra forma. Solo queda aceptarlo.
2- Es necesario aceptar las circunstancias: esto permitirá sentir tranquilidad de espíritu, o el llamado estado de ataraxia o imperturbabilidad, ya que no queda otra opción que aceptar las cosas en la forma en la cual acontecen. Epicteto afirmó: "Compórtate en tu vida como en un banquete. Si algún plato pasa cerca de ti, cuídate mucho de meter la mano. En cambio, si te lo ofrecen, coge tu parte. Haz lo mismo con tus riquezas, amigos, pareja, familia o cualquier otro aspecto. Si puedes lograrlo, serás digno de sentarte a la mesa de los dioses. Y si eres capaz, incluso, de rechazar lo que te ponen delante, tendrás parte de su poder".
3- Vivir en el presente: sin preocuparse por lo que ya pasó o lo que está por suceder. El momento presente es el único sobre el cual se tiene un mínimo de control, por medio de la capacidad para decidir.
4- Permanecer imperturbable: los logros y las pérdidas son parte de lo que el destino ya tiene previsto para cada uno, por lo que no es necesario ceder a las pasiones, sino recordar que se está sometido a un plan divino. En cuanto a las “pérdidas”, Epicteto dijo: "Nunca digas respecto a nada: ‘lo he perdido’. Piensa: ‘lo he devuelto’".
5- Vivir conforme a la racionalidad: pues esta es propia de la naturaleza humana y con base en ello se debe vivir, en lugar de dejarse llevar por lo irracional o las pasiones. Esto implica tener dominio y control sobre lo que se siente.
Por último, Epicteto destaca la necesidad de no atender lo que sucede en el mundo exterior, por el mismo hecho de que se carece de control sobre ello. Esto significa que solo se debe prestar atención a lo único sobre lo que se puede ejercer influencia: en los pensamientos y las acciones. El hombre estoico da una mirada hacia sí mismo y encuentra serenidad, procura aumentar las virtudes y derrotar los vicios.
El control y el conocimiento de sí mismo es lo que da libertad al ser humano. Si bien es cierto que todo cuanto se conoce llega por medio de los sentidos, es la razón la que debe predominar para alcanzar quietud en medio de este mundo tan agitado.
Isbelia Farías