05/02/23.- Durante el proceso de recuperación y/o rehabilitación de un paciente amputado es imprescindible que pase por múltiples procesos en el cual la recuperación se haga más efectiva y eficaz, en ese sentido, la ciencia específicamente la robótica, ha creado infinidad de dispositivos que contribuyen en este proceso a pesar de no ser los mas accesibles para la población en general.

En esta oportunidad les hablaré acerca de las prótesis mioeléctricas, las cuales son controladas por medio de un poder externo mioeléctrico. Estas son actualmente el tipo de miembro artificial con más alto grado de rehabilitación, a pesar de su alto costo, tienen mejor aspecto estético, mayor fuerza y velocidad de prensión, así como muchas posibilidades de combinación y ampliación.

El control mioeléctrico es quizás el esquema de control más popular, ya que está basado en que siempre que un músculo se contrae o se flexiona, se produce una pequeña señal eléctrica o electromiografía (EMG) que es creada por la interacción química en el cuerpo (contracciones musculares por sodio y potasio).

El uso de sensores llamados electrodos que entran en contacto con la superficie de la piel, permite registrar la señal EMG y una vez registrada, esta señal es amplificada y procesada después por un controlador que conmuta los motores encendiéndolos y apagándolos en el segmento corporal, para producir movimiento y funcionalidad.

Este tipo de prótesis tiene la ventaja de que solo requieren que el usuario flexione sus músculos para operarla, no como las prótesis accionadas por el cuerpo que requieren el movimiento general del mismo. Estas tienen la ventaja de eliminar el arnés de suspensión usando una de las dos siguientes técnicas de suspensión: bloqueo de tejidos blandos-esqueleto o succión 1, el cual tiene como desventaja que usan un sistema de batería que requiere mantenimiento para su recarga, descarga, desecho y reemplazo de manera eventual.

Por el peso de la batería y de los motores eléctricos, las prótesis accionadas por electricidad tienden a ser más pesadas que otras opciones protésicas; y debido a esto surge la incógnita de cuál es la mejor prótesis, sin duda es difícil contestar; pero solo basta con decir que la mejor prótesis no necesariamente ha de ser la más cara, sino la que mejor se adapte a las características físicas del paciente.

Ydalmis Bravo