Xin chào | El fantasma de Stalingrado
Fueron nuestros soldados quienes volvieron la apariencia humana a Europa: “La historia es cíclica, porque hoy, una vez más, los nuestros luchan contra esta lógica antihumana
(María Zarájova)
10/02/23.- El fantasma de Stalingrado parece recorrer por estos días el espectro germano, a propósito del 80° aniversario del histórico evento militar que condujo a la derrota definitiva del nazismo, con la entrada del ejército rojo a Berlín, el dos de mayo de 1945, que marcó el punto final a la II Guerra Mundial, para liberar a Europa de la barbarie.
Y es que el canciller Alemán Olaf Scholz declaró esta semana a Radio Francia que “Todos los envíos de armas a Ucrania han sido mesurados y coordinados estrechamente por nuestros aliados, comenzando sobre todo por Estados Unidos”.
Pero ¿Cómo creerle al señor Scholz? cuando subraya que todo “ha sido mesurado y coordinado (…) sobre todo por Estados Unidos” el rey de la mentira en política exterior.
Recordemos, que hace pocos días, la ex canciller de Alemania Angela Merkel, reveló sin sonrojo alguno, que el Acuerdo de Minsk, firmado junto al entonces presidente francés François Hollande, el presidente ucraniano Petro Poroshenko y el presidente ruso Vladimir Putin en septiembre de 2014, realmente fue una fórmula para darle tiempo a Kiev, de fortalecerse militarmente.
Desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, la Casa Blanca ha insistido en el objetivo de seguir siendo la única potencia mundial. Para ello, ha lanzado numerosas agresiones bélicas y ha empujado a la OTAN hacia Euroasia. La terrorista organización que maneja Estados Unidos, no esconde su deseo de integrar a Ucrania, Georgia y otras antiguas repúblicas soviéticas para someter a Rusia y hacerse de sus inmensos recursos, cual escalón para llegarle a la República Popular de China.
La comedia sobre los tanques germanos, como instrumentos para “detener la agresión rusa” se ha desplegado como consigna mundial, y resulta que todo el escándalo gira alrededor de 14 tanques Leopard-2, promocionados con bombos y platillos por haber participados en las agresiones contra los pueblos de Afganistán, Kosovo y Siria, siempre a la saga de las tropas gringas.
Esos 14 tanques, “no podrán tocar territorio ruso según los acuerdos con el gobierno ucraniano”. Lo mismo dicen acerca de los prometidos tanques M1 Abrams estadounidenses y los Challenger-2 ingleses, con los cuales los aliados aspiran someter al líder ruso. Las tropas de Biden también prometen los cohetes GLSDB, de pequeño diámetro, pero que pueden alcanzar objetivos hasta 80 kilómetros de distancia. Con ese arsenal, el régimen nazista de Kiev aspira, además, duplicar prontamente su poder de fuego frente al “usurpador ruso”.
Con los mencionados guarismos, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pretende asustar a las tropas rusas y emular a las 207 divisiones y sus cuatro mil cuatrocientos tanques más cuatro mil aviones, que fracasaron en el intento quebrar al valiente pueblo de Stalingrado, donde quedó enterrada la operación “Barbaroja” de Hitler, que marcó el inicio de la ruta triunfante del ejército soviético hacia Berlín, donde finalmente flameó la bandera roja de la hoz y el martillo sobre el cima del Reichstag, el dos de mayo de 1945.
Kursk: la batalla de los seis mil tanques
En el mes de julio de 1943, hace ya 80 años, se produjo la emblemática batalla de los tanques que las bandas ucranianas de Azov no quisieran ver. Se trató de la batalla de Kursk, de 50 días, con el accionar de medio millón de soldados, 6.000 tanques y cañones autopropulsados, sobre el vasto terreno de Prójorovka, hoy hermoso sembradío de trigo, que esconde en sus entrañas dramáticos relatos difíciles de digerir.
Para el momento, en 1941, el ejército rojo había tomado la iniciativa, mediante una contraofensiva que había dejado en la ruta hacia el oeste a 100 divisiones hitlerianas, sin embargo los diezmados invasores intentaron abrir una nueva brecha en Kursk, atenazando de norte a sur a los defensores rusos, mediante la “Operación Ciudadela”, pero se encontraron con una muro de contención de tres mil tanques T-70 que durante 11 horas de combate bloquearon trochas y dejando en el terreno toneladas de chatarra de lo que fueran tanques Tigers y Panders, “Hergestellt in Deutschland”.
Esta semana, frente al Liceo Andrés Bello, en Caracas, fue develado una mural en homenaje a la heroica ciudad de Stalingrado. En el acto, donde estuvo presente la alcaldesa capitalina Carmen Meléndez y el embajador de la Federación de Rusia en Venezuela, Sergey Melik-Bagdasarov, quien afirmó: “Como pueblos hermanos seguimos batallando por la transformación de un mundo mejor, basado en la cooperación y el respeto. Hoy no sólo rendimos honores, sino que aplaudimos la hazaña del pueblo soviético, ejemplo de heroísmo masivo y amor por la patria”. (Ultimas Noticias)
Ángel Miguel Bastidas G.