11/02/23.- El incidente del pasado sábado 4 de febrero de 2023, fuera del espacio aéreo de Estados Unidos (EEUU), en el que un globo civil meteorológico chino fue derribado por un avión de combate F 22 norteamericano, es un hecho que encierra graves amenazas para la paz y al mismo tiempo constituye una violación del derecho marítimo internacional porque se perpetuó fuera de la jurisdicción marítima territorial estadounidense.

El actual presidente de EE. UU., N° 46, Joe Biden, desde que tomó el Poder Ejecutivo el 20 de enero de 2021, ha seguido la política exterior agresiva de su antecesor y ha desatado una campaña de desestabilización contra el gobierno de la gran República Popular China. La injerencia de ese país en la política de Taiwán (provincia facciosa) sigue contrariando la soberanía de China en ese territorio. Maniobras navales y aéreas de EE. UU. conjuntas con 10 países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), la batalla comercial, etc., buscan provocar a China, en medio de la situación del globo derribado, con el visto bueno de la administración Biden, en la zona atlántica de alta mar. 

China, antes de ocurriera por parte de EE. UU. echar abajo el globo asiático, había esclarecido a la Casa Blanca, con diplomacia y profesionalidad, que todo fue un incidente, pues se trataba solamente de un globo de exploración meteorológica y científica que nada tenía que ver con espionaje. Incluso voceros del Departamento de Defensa de ese país sostuvieron varias reuniones sobre el asunto del globo chino y determinaron que no representaba ninguna amenaza militar, pero contrariamente a lo que había expresado esa instancia llegó la orden de destruir el aeróstato, como en efecto se hizo. Es de suponer que los equipos de detención electrónica y otros instrumentos digitales de medición de última generación del Pentágono pudieron descifrar los mensajes emitidos por el globito chino, mediante rastreo y examen del ángulo de alcance de las ondas electromagnéticas emitidas.

Por cierto, EE. UU. ha pretendido diseminar la ley de la selva por todo el planeta con innumerables hechos de espionaje con aviones militares especializados en exploraciones radioeléctricas, dos casos son dignos de citar, por ejemplo tenemos: la incursión del avión espía norteamericano tipo EP-3F Aries II en espacio aéreo venezolano; más de 70 incursiones de este tipo en 2019. La incursión del avión espía Boeing de EE. UU. P-8A Poseidón sobre Rusia, tras despegar de la base Sigonella de la OTAN en Italia, en 2019.        
Todo lo hizo EE. UU. para impresionar al mundo y, en especial, a China. Mientras eso ocurría, se llevó a cabo el enfrentamiento entre demócratas y republicanos sobre el aludido incidente, dejando entrever la deliberada decisión puesta de manifiesto para el derribo del globo asiático.

La ONU debe alertar a la opinión pública mundial sobre las graves consecuencias que esos actos de EE. UU. pueden provocar en el mundo. 

J.J. Álvarez