Al derecho y al revés | Que tal si cambiamos el discurso

15/02/23.- Siempre me llamó la atención que en el imaginario colectivo de nuestra sociedad los vikingos son considerados como paradigma de extraordinarios guerreros, que ciertamente lo eran, pero no le concedemos esa calificación a nuestros llaneros que en muchos aspectos fueron heroicos.

Esta mezquindad con los nuestros es extraña dado que entre nosotros se supone que abundan los guerreros y, en general, solo aceptamos como cumplido para los hombres el calificativo de “luchador".

Apoyando esta tesis recuerdo que por algo el Libertador, cuando calificó los tres países formados tras el fracaso de Colombia “La Grande”, dijo que Bogotá era una universidad, Quito un convento… y Venezuela un cuartel.

Es decir que para Bolívar entre nosotros abundaban más que investigadores o pensadores, hombres valientes y dispuestos a luchar.

Ojo: las mujeres venezolanas son la otra cara de la misma moneda porque a pesar de que hay féminas muy inteligentes y estudiosas en Venezuela, por alguna razón el mejor piropo es llamarlas “bellas”, aun cuando sus mejores años desde el punto de vista del físico hayan pasado hace décadas y se supone que en la vida algo destacado han hecho.

Pero, regresando a los vikingos y a nosotros, señalo que aquellos guerreros nórdicos que desde Escandinavia asolaron las costas de Europa y cuyos herederos ahora son los suecos, noruegos y finlandeses, en esos países los recuerdan como paradigma de nacionalidad compartida y no como salvajes y sangrientos guerreros.

Suecia, por poner un ejemplo, no se vanagloria de las incursiones bélicas de sus antepasados vikingos, sino de Alfred Nobel, Anders Celcius o Carlos Linneo… connacionales que figuran en la historia del saber humano.

En cambio en nuestro caso, cuando nos da por celebrar a la juventud en su día, y es un ejemplo, llamamos a los jóvenes “luchadores”, “guerreros” o, simplemente, “bravíos”, recordando la letra de nuestro himno.

Nunca nos da por exaltar otros valores… que los tenemos.

En este Día de la Juventud, a mi modo de ver, tanto el gobierno como las oposiciones repitieron antaños y manidos calificativos a la juventud… recordando una vez más a los seminaristas que José Félix Ribas reclutó –junto con las peonadas de las haciendas mantuanas– para defender La Victoria de las montoneras de Boves, temporalmente dirigidas por Morales.

En general, en esta fecha patria se mencionaron en plazas y salones a los “jóvenes guerreros” como paradigma… pasando por alto tantos ejemplos más positivos para exaltar.

Uno es Yulimar Rojas que por segundo año es considerada la mejor atleta del planeta, a pesar de que en los círculos donde escogen los galardonados nuestra triple saltadora tiene varias limitantes nacidas en los prejuicios del racismo, la homofobia y la ideología.

Hay otros ejemplos de jóvenes venezolanos que triunfan incluso en el mundo de la producción o la medicina, pero con Yulimar me basta.

A ver si en 2024 comenzamos a modificar esa percepción del Libertador y nuestra patria crece en los campos del conocimiento aplicado.

 

Domingo Alberto Rangel

 


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