Tinte polisémico | La digitalización…
¿El Convenio 108+ nos conviene como Sur Global?
03/03/23.- Desde el Sur Global será imprescindible abordar los temas trascendentales como pueblos, con enfoques trasdisciplinarios y críticos, en nuestro afán por nuestra autodeterminación y la descolonización definitiva.
En el ámbito de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), se ha acuñado la frase de brecha digital, y en términos generales se asocia a las diferencias y dificultades que impiden que todos los países del orbe, tengan las mismas posibilidades de acceso, uso y el aprovechamiento efectivo de las TIC.
En este sentido, se habla de varias dimensiones. En primer término, lo relativo a la disponibilidad de la infraestructura y equipos para el usufructo tecnológico. En segunda instancia de las competencias y habilidades para su utilización, es decir, la alfabetización digital, y un tercer aspecto, lo referido a las posibilidades reales del aprovechamiento de la digitalización con criterio de pertinencia, adecuándolas a nuestros contextos particulares, realidades sociales, económicas, políticas y culturales, entre otras.
Pero no solo el acceso, es decir la brecha digital, se convierte en el único problema. Siempre la realidad social es mucho más compleja como fenómeno, y al profundizar en la naturaleza y los efectos por el uso de las tecnologías digitales, encontramos otras aristas o facetas que demandan también atención por sus efectos en el quehacer humano.
Entramos así en asuntos como la protección de datos de carácter personal. Un tema eminentemente ético y jurídico. Una ley sociológica afirma que el desarrollo social avanza a una velocidad superior al desarrollo legislativo. Estimo que esta consideración cobra mayor vigencia en la denominada era de la información y el conocimiento.
El convenio 108 es el único instrumento multilateral jurídicamente vinculante, adoptado en el ámbito de la protección de los datos personales y la vida privada.
El convenio cuenta con 55 Estados parte y más de 25 observadores. Además de trabajar sobre la implementación del Convenio, el Comité ha elaborado documentos de referencia en áreas tan importantes como: inteligencia artificial, big data, datos relativos a la salud, medios de comunicación y la privacidad, gobernanza de internet y el tratamiento de la información personal por parte de los cuerpos de seguridad.
En el 2018 se adapta con el protocolo 10/10/2018 en Estrasburgo y se abre a la firma de más países, inclusive naciones fuera de Europa, en vía de convertirse en la norma interna sobre privacidad digital, al punto que la ONU recomendó a todos los Estados miembro que se adhieran al convenio 108+.
Precisamente frente a este reto es donde entra en consideración el enfoque decolonial: hace 40 años Europa apostó por la transformación digital en su región.
Es un hecho que la digitalización avanza planteando retos de futuro inmediato, dada la velocidad de innovación, y entra en juego entonces: ¿cómo enfrentar y mitigar los posibles impactos negativos?
El programa político de la década digital europea para el 2030 plantea los tópicos siguientes: la adquisición de capacidades digitales, formación de especialistas en TIC, transformación digital de las empresas, infraestructura seguras y sostenibles, y la digitalización de los servicios públicos.
¿Reside solo en esas áreas según Europa, visto desde el Sur Global, los temas para nuestra autodeterminación, o desde la esfera de la confrontación económica, financiera y comercial entre China y USA en el campo digital, desde dónde debemos ubicarnos, con quién y cómo debemos aliarnos?
Desde luego, que las respuestas no son simples, pero resulta ineludible que nuestras políticas públicas en materia de educación, ciencia y tecnología deberán considerar estos complejos, inminentes e impactantes escenarios con los cuales deberemos familiarizarnos y gestionarlos con la finalidad de aprovecharlos por la soberanía y bienestar de nuestro Sur Global.
Héctor E. Aponte Díaz
tintepolisemicohead@gmail.com