10/03//23.- ¿Cuál es el sentido de la vida?, para algunos, la fama, hacer dinero, tener éxito; para otros, viajar, enamorarse, presenciar un milagro, la música, tener paz, escribir, crear una familia. Todas, elecciones válidas. Finalmente, todo el mundo quiere encontrar satisfacción en sus propósitos, sentirse bien, nadie quiere llevar una existencia mediocre. Pero no todos se hacen esa pregunta, la cual puede sonar grandilocuente, mucha gente pasa su vida sin cuestionarse, aunque en ocasiones experimenta un vacío que quiere llenar y no sabe cómo.

En Todo en todas partes al mismo tiempo, los personajes, con una vida promedio, se cuestionan sobre lo que pudo haber sido si hubiesen tomado otras decisiones.

Una familia de inmigrantes, padre, madre, abuelo e hija, ven derrumbarse su mundo debido a circunstancias sobrenaturales que no comprenden y quizás el espectador tampoco. Sin embargo, ya ese mundo estaba destrozado por la insatisfacción personal, el cansancio y la poca validación con la que cuentan.

Una decisión cambia todo: ¿y si la vida que hemos hecho es solo un remedo de la que hubiésemos podido tener?, ¿y si hubiésemos podido ser más ricos, más exitosos, más felices de haber elegido otro camino? Las posibilidades de los personajes son múltiples y diferentes los universos donde se desarrollan.

El largometraje, dirigido por Dan Kwan y Daniel Scheinert, no se puede catalogar dentro de un género determinado, ya que fue filmado con absoluta libertad creativa, dándole cabida a distintos registros que permiten crear un espectáculo diverso, encargado de entretenernos y mantenernos a ratos cautivos, a ratos confusos.

Esta película, que parece un video clip musical, o ciencia ficción, o de acción, termina siendo una reflexión filosófica sobre las posibilidades que podríamos explorar en la vida; después de todo, hay tantos caminos para elegir, que muchas veces hacerlo se convierte en un desafío.

Si quieres conectarte emocionalmente con esta historia, es necesario que no te quedes en lo superficial, en los efectos especiales, las escenas de peleas, los giros narrativos. Estos efectos no son tan importantes como las ideas que descansan tras cada secuencia. El cine es entretenimiento, pero también abre la puerta para escuchar preguntas y recibir posibles respuestas.

Igualmente, los elementos de fantasía vienen a exponer sentimientos que todos hemos experimentado, sobre todo en esos momentos en los cuales no tenemos una idea clara de lo que debemos hacer o cuando quizás no le vemos sentido a las acciones y situaciones que se nos han vendido como valiosas.

Todo en todas partes al mismo tiempo es un espectáculo emocional que nos hace pensar en lo que realmente es importante para cada uno de nosotros. Los realizadores dan una perspectiva que sorprende, sobre todo en este mundo de hoy donde el individualismo y la superficialidad están a la orden del día.

Esta película es una prueba de cómo a veces lo más simple y evidente puede ser la mejor opción para resolver grandes dudas.

Luisa Ugueto Liendo

@cluisauguetoliendo