18/03/23.- Existen documentos de los belicosos jefes del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos (EE. UU.) donde se estima la doctrina militar de la potencia del norte para salir victoriosa en una guerra nuclear con Rusia. Así fue confirmado por la Secretaría de Defensa y el Consejo de Seguridad Nacional, conjuntamente con el Pentágono, en tiempos de la Unión Soviética (URSS).

El Secretario de Defensa de EE. UU. (1981-1987), Caspar Weinberger, firmante de aquellos  documentos, manejó la posibilidad de ganar una guerra contra la URSS mediante el uso de armas nucleares, y así garantizar la estabilidad estratégica de EE.UU., con el propósito expreso de imponer al mundo su poder de destrucción en el marco de las llamadas operaciones nucleares o JP 3-72; esto dijo Weinberger luego de dejar el cargo en la defensa nacional de la nación norteña.

El empleo de dos bombas nucleares o atómicas (como las identificaron en su época) por parte de EE. UU. —el único país que se ha atrevido a usarlas en la historia de la humanidad, al hacerlo contra Japón, que prácticamente estaba rendido— fue un hecho que sirvió para afirmar la superioridad militar de Washington, rumbo hacia la carrera desenfrenada de armamentos, lo cual ha traído consigo un brusco aumento de la tensión en Europa y el mundo.

En las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki donde EE. UU. arrojó las bombas durante los días 6 y 9 de agosto de 1945 todo ardía y parecía que la superficie terrestre vomitara fuego. Una cifra muy cercana a los 500.000 muertos dejó la explosión de estos bombardeos. No obstante, las irradiaciones que produjeron las explosiones de esas dos armas mortíferas, pasados más de 77 años, han seguido transmitiendo sus consecuencias de generación en generación.

Según algunos analistas de la paz y la seguridad internacionales, EE. UU., actualmente se ha propuesto, con la OTAN, alterar el equilibrio de fuerzas existentes y tomar la delantera para cambiar la situación política y militar en Europa y el mundo en detrimento de los intereses legítimos de la Federación de Rusia. Se recuerda, por ejemplo, qué es hoy la actual Ucrania nazifascista, presidida por un presidente como Volodímir Zelenski, entregado de cuerpo y alma a un Occidente que augura la destrucción de Rusia.

Ya no le basta a EE. UU. tener armamento nuclear en casi toda Europa, ahora se propone instituir una flota de submarinos con propulsión nuclear mediante un pacto con el Reino Unido y Australia —el acuerdo Aukus—, con la idea de frenar una supuesta amenaza para la paz en la región del Indopacífico por parte de China. EE. UU. aviva una guerra nuclear bloqueando todo acuerdo, tratado, etc., abandonando la posibilidad de encontrar normas de convivencia pacíficas en un mundo multipolar.

La humanidad necesita paz y seguridad.

J. J. Álvarez