Libros libres │ Elisa Lerner o la elegante gracia de la crónica
A Arquímedes Arias
24/03/23.- Esta vez quiero poner de relieve la obra de una escritora que hemos leído siempre: Elisa Lerner, una de las prosistas esenciales del siglo XX venezolano, galardonada en el año 2000 con el Premio Nacional de Literatura, con toda justicia. Ella ha sido siempre una mujer jovial, de amplia sonrisa y fino humor, de gran delicadeza para innovar en el momento de asumir su tersa prosa, la cual se mueve entre el ensayo y la crónica, entre la crítica y la argumentación de ideas sólidas como las mostradas en su libro En el entretanto (2000), compuesto por catorce textos entre los cuales destacan los dedicados a Teresa de la Parra y Mariano Picón Salas, pues los demás se cumplen sobre todo en el dominio de la crónica (en especial aquel que se refiere a las “Mesas” entre las cuales le ha tocado a Elisa vivir), y un delicioso retrato que hace de Marlene Dietrich, la gran actriz alemana que se destacó por su papel en la famosa cinta El ángel azul, a la par de un elogio que cumple sobre la reina de belleza venezolana Susana Duijm. Entre todos estos textos valoro mucho las ideas que vierte Elisa sobre Ifigenia, la célebre novela de nuestra narradora Teresa de la Parra, donde nos ofrece una las interpretaciones más iluminadoras de la misma. También son notables sus textos sobre el novelista y cronista cubano Guillermo Cabrera Infante (otro cinéfilo incurable) y los alardes sonoros de su prosa, y otros dos sobre el artista plástico venezolano Pedro León Zapata y la escritora española Rosa Montero, amén del texto dedicado al género de la telenovela. Lástima que el espacio no me dé ocasión de hacer citas de algunos de estos trabajos.
Elisa Lerner también se ha destacado como dramaturga, desde que nos asombró a todos con su obra Vida con mamá en 1975. En cuanto a crónicas sobre cine es notable su libro Yo amo a Columbo o la pasión dispersa (1979). Deseo saludar desde este breve espacio la cálida prosa de Elisa Lerner, que releo después de veinte años en el pequeño libro editado por Monte Ávila En el entretanto y saludar desde aquí a una figura de nuestra literatura que de seguro permanecerá, por los incontables recursos de que dispone en el momento de asumir su escritura. Ella nació en Valencia pero ha vivido casi toda su vida en Caracas, sobre todo en el sector de San Bernardino, por donde siempre paseábamos y visitamos un departamento suyo mientras fue ocupado luego por el entrañable escritor nuestro Sael Ibáñez, con quien también compartí mi admiración hacia ella.
Gabriel Jiménez Emán