Vitrina de nimiedades | La distancia inteligente
Noticias sugieren que algún día la gran pregunta será: “¿Es humano o no?”
25/03/23.- Si comenzó a leer esto esperando encontrar alguna recomendación para no volver a los brazos de alguna expareja o de algún vicio, este texto no le sirve. Si espera alguna recomendación para no caer en provocaciones en medio de cualquier interacción cara a cara, tampoco le será útil. Con estas líneas podemos ser más ambiciosos, evitarnos todo eso y avanzar a un mundo donde cada día nos separemos más (sí, siempre puede ser peor) como humanos, dejando las prácticas que nos distinguen en manos de la tecnología.
Esta semana, dos noticias vienen a sugerir que algún día las grandes preguntas más frecuentes de este planeta serán: “¿Es humano o no?” y “¿Qué prefiere, tratar con un humano o con un bot?”. Por un lado, una cadena china de noticias sumó a su equipo de presentadores a Ren Xiaorong, una creación hecha con inteligencia artificial (IA), siempre lista y dispuesta a narrar eventos informativos todos los días del año, a cualquier hora, en cualquier circunstancia. Y, si hace falta, también puede desarrollar dinámicas de preguntas y respuestas con la audiencia.
Pero Ren no es en sí una innovación: también tiene colegas nacidos en el mundo virtual. Según medios internacionales, otras empresas informativas cuentan con recursos similares no solo en Asia, sino también en América Latina. El Grupo Fórmula presentó a Nat, su narradora de noticias virtual. Ella misma se presenta como una novedad: su cabello, rostro, ropa y tono de voz se construyó con IA para “brindar una experiencia de noticias innovadora y emocionante”.
Hasta ahora, lo “emocionante” lo viven los gerentes de medios, que seguramente están pensando cuánto se ahorrarán en pago de guardias, discusiones de horarios y carreras de última hora. Nada mal para un medio. Pero, para las audiencias, sigue siendo una experiencia limitada: son inventos con capacidades aún en desarrollo, puestas a prueba para la curiosidad de humanos, que quieren ver si realmente la tecnología puede sustituirlos por completo.
Hasta ahora, además de las creaciones con IA, también pueden encontrarse artefactos listos para procurar resignificar experiencias de contacto humano. Eso pretende el Long Lost Touch, un dispositivo de besos a distancia que busca recrear el contacto entre labios. Parece un placebo para la separación física en las relaciones: tener cerca lo que está bastante lejos. Ni imaginar las lecturas que implica esto si hablamos de infidelidad (en esos terrenos mejor no meterse, por ahora).
Podría pensarse que semejantes inventos no pasarán de ser curiosidades, meras anécdotas. Pero si volvemos al punto inicial de este artículo, escrito en tiempos de revuelo de IA, solo cabe preguntarse, así sea una vez, hacia dónde va el mundo del trabajo, de las relaciones de pareja, de la interacción humana. ¿Hasta dónde pueden ser signo de progreso y no una excusa para seguir ampliando la distancia entre nosotros?
Quizás el problema de la IA no es si nos dejará sin trabajo, o si podremos ver las relaciones a distancia de otra forma. A lo mejor, corremos el riesgo de despersonalizar experiencias que nos definen y nos permiten crear vínculos. Sí, las relaciones humanas siempre serán complejas, pero… ¿será útil seguir este camino de “distancia inteligente” que nos procura la tecnología?
Rosa E. Pellegrino