Y Tibisay partió en una emblemática fecha

Fue una persona clave en la historia política del país en los últimos años.

 

Sus manos tocaron violoncelo, labraron paz y desarmaron odios. Ahora es un faro y se cuenta entre las grandes”- Ernesto Villegas Poljak.

12/04/23.- Quiso la casualidad -o la sincronicidad- que 21 años después del nefasto 12 de abril de 2002, la fecha sumara una nueva nota triste: ha fallecido la expresidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, una persona clave en la historia política del país en los últimos años.

Aquel día de 2002, una élite rabiosa pisoteó la democracia, derogó la Constitución refrendada por el pueblo y desconoció los mandatos de todos los funcionarios electos, empezando por el presidente de la República. En 2023, se ha marchado del plano terrenal una mujer que siempre defendió la esencia de la democracia –el voto-, actuó según la Carta Magna y certificó a todos los elegidos por el sufragio popular, sin preferencias derivadas de sus propias posiciones, como debe hacer cualquier persona que asuma el rol de árbitro.

Socióloga graduada en la Universidad Central de Venezuela, con magister y doctorado de la Nueva Escuela de Investigaciones Sociales de Nueva York, profesora de posgrado en Procesos Electorales de la UCV, Lucena empezó su trayectoria en el CNE en 1999, como rectora suplente, designada por la Asamblea Nacional Constituyente.

En 2006 ascendió a la presidencia del CNE y a partir de entonces se convirtió en una de las figuras más atacadas por la oposición nacional y extranjera (sí, la misma que había dado el zarpazo antidemocrático en 2002, esa que nunca ha cejado en su empeño de dar clases de democracia).

Tenía una personalidad muy apropiada para el clima de perenne confrontación y guerra sucia

 

Lucena fue ratificada en su cargo en 2014, por decisión del Tribunal Supremo de Justicia, luego de que las fuerzas políticas representadas en la Asamblea Nacional no pudieron ponerse de acuerdo para designar a los nuevos rectores.

Las denuncias de fraude y ventajismo que hizo el sector político y mediático de la derecha durante los 14 años que estuvo Lucena en la presidencia, nunca tuvieron bases sólidas. La mejor demostración de ello es que en ese lapso, la oposición obtuvo sus dos mayores victorias a escala nacional: el rechazo de la reforma constitucional de 2007, por estrecho margen; y la holgada victoria en los comicios legislativos de 2015. Además, el CNE supuestamente tramposo dirigido por ella, autenticó los triunfos en las urnas de numerosos candidatos opositores a gobernaciones, alcaldías, Asamblea Nacional, consejos legislativos y concejos municipales.

Barquisimetana y amante de la música (valga la redundancia), Lucena tenía una personalidad muy apropiada para el clima de perenne confrontación y guerra sucia que se desató contra la Revolución Bolivariana. Por un lado era dura como una pieza de acero. Por otro tenía la flexibilidad necesaria para entender que la frustración de los perdedores reincidentes puede expresarse en odios personales y bajezas innombrables.

“Una mujer de mucho temple que se mantuvo leal a sus principios e ideales, defendiendo siempre las causas justas del pueblo. Las y los venezolanos la recordaremos siempre por su integridad y fuerza moral”, dijo el presidente Nicolás Maduro en su cuenta Twitter.

Maduro la calificó como una mujer de temple y firmes ideales. FOTO: PRENSA PRESIDENCIAL

 

“Con firmeza y ternura, en esa proporción mágica propia de la mujer venezolana, se hizo nombre propio en la academia, la música y la política. Sus manos tocaron violoncelo, labraron paz y desarmaron odios. Ahora es un faro y se cuenta entre las grandes”, expresó, por su lado, el ministro de Cultura, Ernesto Villegas Poljak, recordando que Lucena fue rectora de la Universidad Nacional de las Artes y se desempeñó hasta el final como ministra del Poder Popular para la Educación Universitaria.

Muy pocas personas habrían podido enfrentar el asedio con tanta entereza. Todas las facetas de la vida de la rectora fueron insidiosamente utilizadas por sus enemigos y por las víctimas de las manipulaciones de estos. El tratamiento de sus problemas de salud ha sido inhumano y abominable. Basta revisar las tendencias de los tuits sobre su  muerte para entender lo profundo que caló la siembra del rencor.

Ella respondía selectivamente a los ataques, ignorando los demasiado inconsistentes y necios. A los que merecían alguna contestación, les daba lo que ella llamaba inyecciones de realidad. “La verdad es muy poderosa. A ti te pueden convencer de que esta taza está rota, que si sirves café en ella se te botará, pero si yo te dejo ver la taza, si te permito tocarla, hacer la prueba, tarde o temprano te convencerás de que te estaban engañando”, asegura.

Y para desprenderse psicológicamente de la carga pesada de esos ataques inclementes, también tenía su medicina: “Inyecciones de amor que vienen de mi familia, mis amigas y amigos, mi círculo cercano y también gente que no es tan cercana, pero que manifiesta su afecto y su solidaridad. Eso te ayuda mucho, es muy importante. No puedo decir que ha sido fácil, sobre todo porque las agresiones, que a veces llegan hasta mi propia residencia, tocan a los jóvenes de la familia, y para ellos es más difícil de comprender todo esto. El amor de la familia te blinda contra toda la miseria y la maldad humana. Yo tengo a mis hermanas, mi hijo, mis sobrinas, mis sobrinos-nietos, tengo una vida familiar muy rica e intensa, la familia es todo para mí”, comentó en una entrevista.

El sacerdote Numa Molina le dedicó un mensaje: “Y te fuiste en tiempo de Resurrección, guerrera de las mil batallas, amiga incondicional. Lamento tu partida y celebro al mismo tiempo el regalo que fue tu vida para Venezuela. Al paraíso te lleven los ángeles”.

La abogada Ana Cristina Bracho recogió el sentir de muchos y muchas en esta fecha doblemente marcada a partir de ahora: “Hay días que se secan las palabras. Mañana de tristeza. Ninguno de los que hoy celebre tuvo forma de rozar su entereza, su resistencia. La mujer más importante de todo un momento histórico y por eso, la más atacada. A ella, flores de primavera. Amor y agradecimiento. Admiración”.

Convencer con la verdad


Durante sus años al frente del Poder Electoral, Tibisay Lucena, vadeó las campañas difamatorias más lacerantes y se empeñó siempre en convencer con el poder sin igual de la verdad.

De esta manera explicaba esa estrategia, tan cuesta arriba en tiempos de posverdad y fake news:

“Lo que tendría que pasar (para que ciertos sectores recuperasen la fe en la institución del voto) es que se hiciera un periodismo con ética, que los medios de comunicación se pusieran al servicio de la verdad y del público, que no sigan confeccionando falsas realidades que, incluso, han llevado a los países a situaciones de violencia y de guerra. Personalmente creo que contra esas campañas mediáticas, sobre las cuales no tenemos control, lo que podemos hacer es inyecciones de realidad, y eso es lo que nos hemos empeñado en hacer. Creemos que la verdad es muy poderosa, de manera que cuando se publican falsedades, nosotros respondemos con la realidad. Le decimos a la gente: ‘Esto es lo que están diciendo, pero esta es la verdad’, y eso es muy contundente. Cuando desinflamos los globos de la mentira, le abrimos la conciencia a la gente (…) Nosotros hemos ido con paciencia, pero con contundencia, construyendo la posibilidad de esa visión real. Luego cada quien resolverá, pues al final de cuentas la actitud que asumimos ante la verdad es una decisión individual”.

CLODOVALDO HERNÁNDEZ / FOTOGRAFÍA: JACOBO MÉNDEZ / CIUDAD CCS

 


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