Historia viva | 19 de abril, la otra historia
19/04/23.- La osadía de un grupo de jóvenes e intelectuales revolucionarios venezolanos de Caracas desafió la imposición del imperio más poderoso de entonces, más no fue contra la armada ni contra el ejército español la lucha que trazó este grupo de venezolanos, sino contra la estructura cultural de trescientos años de un imaginario colonial contra los cuales levantaron fuerzas para insurgir contra la Corona española el 19 de abril de 1810.
Por eso la estratagema de fomentar la Junta Suprema en Defensa de los Derechos de Fernando VII, que luego se transformaría en el núcleo insurgente republicano para construir el Estado Nación que fue la República de Venezuela, hoy República Bolivariana de Venezuela.
Si bien es cierto que en razón de las debilidades y derrotas de la Monarquía en España, la abdicación de Carlos IV y la inestabilidad de Fernando VII ante los agravios de Napoleón Bonaparte, también hay que reconocer que hubo en Venezuela, un grupo de mantuanos y pardos que enterados de los eventos en España, leídos de la nuevas tesis doctrinarias republicanas y la Independencia de Estados Unidos, se decidieron a levantar banderas independentistas, con un salto al riesgo de no tener el apoyo general de la población esclavizada y pobre que estaba permeada de la doctrina colonialista.
Había por tanto un enemigo invisible, peor que el de las armas españolas, que le aseguraban al imperio español homogeneidad y fortalezas luego de tres siglos de construcción simbólica cultural bajo la doctrina de defensa de la religión, la dependencia de la madre patria y la fiel obediencia al Rey. Y una cuarta que constituyen las relaciones sociales de producción y es que los mantuanos, líderes de aquel arrebato contra la Monarquía, eran los dueños de las haciendas y de los esclavizados, los explotadores y visto desde el enfoque social “los villanos” de la película.
Sin embargo los patriotas republicanos tuvieron la oportunidad de hacerse del poder en Caracas, primero con la figura “institucional” de la Junta de Regencia y luego el salto a la Constitución Republicana de 1811.
No fue una lucha fácil puesto que quien fuera elegido como presidente de la Junta, José Llamozas se desengañó, “al ser destituido porque tomó muy en serio el supuesto papel de la junta como conservadora de los derechos de Fernando VII…se alzó en Barlovento con sus esclavos dando lugar a sangrientas escaramuzas…” (Arístides Bastidas El Nacional 1982).
Pero antes de los eventos de 1810 los Salías, Montillas, Bolívar y otras familias mantuanas que ya estaban bajo la mirada de las autoridades españolas fueron detectados como “revoltosos”, algunos de ellos fueron remitidos a sus haciendas, lejanas a Caracas. Sin embargo quedó un núcleo duro en la ciudad que planificó y articuló con factores militares los hechos ocurridos ese jueves santo del 19 de abril de 1810.
Merece destacarse la labor de José Félix Ribas como agitador y organizador de las masas de pardos citadinos que se dieron cita en la plaza mayor aquella tarde para arengar los gritos del referendo público que le exclamó “no” al Capitán General Vicente Emparan.
Igual hay que destacar la iniciación de una nueva tropa popular como la que creó José Félix Ribas conocida como la Milicia Reglada de Barlovento, en tanto que la Junta había nombrado a oficiales españoles que poca garantía daban a los propósitos transformadores que se planteaban los más radicales.
La diferencia que mostró Venezuela ante las otras juntas creadas a lo largo del continente americano estribó que en Chile, Argentina, Cochabamba, Nueva Granada y Nueva España, las Juntas Supremas siguieron siendo obedientes a la doctrina política monárquica, en cambio en Caracas, se adelantaron a constituir una república independiente que tuvo su nacimiento en 1811, pero que desde el principio fue la meta de los más lúcidos patriotas que desde el mismo abril de 1810 comenzaron a maniobrar aquel barco que transitaba por aguas turbulentas de incertidumbre social. Y de allí el papel protagónico de Miranda al convertir a la Sociedad Patriótica de Agricultura y Economía en el partido político que orientó las acciones revolucionarias a partir de 1810.
Si analizamos esos eventos con sus antecedentes con las gestiones de Gual, España y Picornell, los intentos del generalísimo Francisco de Miranda, nos damos cuenta que fue la salida de un proceso iniciado a finales del Siglo XVIII, que desembocó en la Independencia pero que entró de nuevo en crisis social hasta 1999.
Pero si damos una mirada prospectiva, nos damos cuenta que ese proceso ha continuado en desarrollo hoy cuando el pueblo venezolano aún se debate en la complejidad de salidas para la recuperación de sus derechos fundamentales, con la felicidad de contar con una doctrina como la Bolivariana que le da norte a sus luchas.
Aldemaro Barrios Romero
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