22/04/2023.- Meter preso a Guaidó es justo y necesario. Lo que hizo contra el país es poco menos que un crimen de lesa humanidad. Sin sanciones ni bloqueos el país estaría en crisis, pero con condiciones un poco más favorables para salir de la cruel recesión económica que agobia a las grandes mayorías.  

La aventura del interinato socavó, aún más, los problemas económicos que afectan la cotidianidad de la población. Lo que hizo Guaidó fue un acto de sadismo, comparado con empeorar la grave condición de un enfermo en nombre de su propia salud. 

Fueron muchas vidas las que se perdieron; es mucho el sufrimiento causado a la población por el interinato de Guaidó. Ese fue su legado, además de hacerse multimillonario traficando en el exterior con los activos de la República. 

Pero ¿es momento de meterlo preso? El mayor beneficio que puede recibir el país en esta nueva etapa de revisión y reimpulso es que Guaidó siga relegado al ostracismo. Por ahora, es su mejor castigo temporal.  

Capturarlo, por más justo y legítimo que sea, lo devolvería a la escena política donde sus infamias lo bajaron sin retorno. Una orden de arresto le sumaría a su menguada imagen un protagonismo innecesario, que hoy ni siquiera ostenta siendo precandidato presidencial para las primarias opositoras. 

Meterlo a la cárcel sería insuflarlo de una importancia que no tiene. Precisamente, eso es lo que él está esperando: un salvavidas para revictimizarse y reactivar la solicitud de dinero y apoyo al establishment occidental.  

Además, Guaidó preso repetiría el papel de falso mártir de Leopoldo López. Después, por carambola, la etiqueta mediatizada de ‘preso político’ desviaría por completo el consenso internacional que Venezuela ha logrado con éxito sobre el bloqueo y las sanciones.

Es cierto que sus desmanes contra el país no pueden quedar impunes. Pero llegará el momento oportuno cuando la cárcel ya no sea un comodín interno para unificar a las oposiciones ni un recurso para ganar rédito político en la comunidad internacional. En este momento a Guaidó hay que dejarlo que siga peleando con Elon Musk por los 8 dólares de la cuenta verificada en Twitter. Que políticamente siga siendo lo que siempre fue: la nada.   

Manuel Palma