Derreflexión | ¿Cómo lograr que las cosas te afecten poco?
No es imposible lograr que las cosas nos afecten. Existen algunos trucos para lograrlo
«Que no te arrastren los accidentes exteriores; procúrate tiempo libre para aprender algo bueno y cesa ya de girar como un trompo.» Marco Aurelio.
29/04/2023.- Mucho antes de que la psicología u otras disciplinas se dedicaran a investigar sobre qué hace felices a las personas, o qué se requiere para vivir con tranquilidad, la madre de todas las ciencias, la filosofía, se había planteado estas preguntas y, en torno a ello, había formulado sus respuestas.
Por ello, en un momento de la historia, surgieron varias escuelas que trataron de responder estas inquietudes. La mayoría, apuntaba a la felicidad, sin embargo, la escuela estoica abogada por la tranquilidad, por ese estado en el que nada les podría perturbar.
Por medio de la indiferencia los estoicos pretendían aspirar a un estado de imperturbabilidad, en el que nada les afectase.
Para esta escuela, surgida en la Grecia Antigua, alrededor del siglo III antes de nuestra era, y cuyo fundador fue Zenón de Citio, la libertad consistía en la aceptación del destino personal, el cual no se podía cambiar, por lo que, luchar contra él era estéril. Dicho destino se basaba en vivir conforme a la naturaleza.
La virtud y la razón ocupan un lugar preponderante en esta escuela. Ambos consisten en vivir de acuerdo con la razón, evitando las pasiones, las cuales no son más que una desviación de la naturaleza racional del ser humano.
Las pasiones ocurren y no se pueden controlar, así que es mejor evitarlas. Cuando se mencionan las pasiones, los estoicos se referían a la tristeza, el placer, el temor o el dolor. Se trata de reacciones que se deben dominar por medio del autocontrol ejercido por la razón.
El ejercicio estoico para evitar que las cosas nos afecten
¿Cuál era el ejercicio propuesto por los estoicos? Cuando una situación cause perturbación y genere inconformidad, esta se debe someter a un análisis y preguntarse si lo que sucede depende de la persona. Si no es así, entonces solo se debe aceptar y entender que todo cuanto ocurre se debe al proyecto cósmico y nada se puede cambiar.
Si la situación sí depende de la persona, entonces se puede reflexionar sobre una solución que pueda devolver la entereza o impasibilidad, que deriva de apátheia, de la cual proviene apatía. Este ejercicio permite llegar a experimentar la imperturbabilidad o ataraxia, como ellos le denominaban.
Para los estoicos, las personas sufren no por lo que les sucede, sino por las interpretaciones que hacen de los eventos o por la forma en la cual juzgan cada hecho. Por ello, plantean superar las pasiones, evitando ser arrastrados por ellas y vivir confirme a la razón, lo cual caracteriza a las personas que son sabias.
Cuatro virtudes
La escuela de los estoicos toma cuatro virtudes que fueron propuestas por el filósofo Platón, en su obra La República. Estas son, la sabiduría, el coraje, la justicia y la templanza.
En resumen, los estoicos afirmaron que la infelicidad era consecuencia de la ignorancia, al igual que el mal.
Finalmente, algunas sugerencias que se proponen en la actualidad para evitar que las cosas afecten en demasía son las siguientes:
1- Tomar distancia: algunas veces, “ver” las cosas muy de cerca hace que distorsione el hecho que ocurre o que surjan interpretaciones erróneas. Tomando un poco de distancia se pueden analizar los hechos de otra manera.
2- Analizar los pensamientos: algunos de ellos pueden causar malestar por la carga negativa que se le conceden. Cuando aparecen, se deben analizar como si se tratara de una persona ajena.
3- Centrarse en lo que se puede controlar: evitando la fatiga mental y la sobrecarga tratando de encontrar soluciones a situaciones sobre las que no se tiene control. Más bien, se puede dirigir la atención hacia aquello que se puede cambiar o manejar, como las actitudes, la gestión del tiempo, la organización de actividades, entre otras.
Por último, se sugiere llevar una vida saludable, ya que la buena alimentación y el ejercicio físico ayudan a aliviar tensiones. Dormir bien también es necesario. Todavía guarda vigencia aquella sentencia según la cual cuerpo sano, mente sana.
Si nada de esto es posible, es recomendable acudir con un médico especialista a fin de equilibrar algunos procesos del organismo, tales como el sueño.
Con una buena rutina, organización y un estilo de vida saludable también es mucho más factible analizar mejor las situaciones, a diferencia de cuando nos sentimos agotados, bien sea física o mentalmente. Priorizar también es importante, como decía Epicteto: “Te conviertes en los que le das tu atención”.
Isbelia Farías