Patrimonio Mundial Africano: otra deuda pendiente
“Esta fecha es oportuna para comprender que los pueblos de la región a la que pertenecemos, América Latina y el Caribe, tenemos una deuda enorme con África”
05/05/23.- El 5 de mayo se celebra el Día del Patrimonio Mundial Africano, una fecha proclamada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en noviembre de 2015.
Se aprobó este día como “oportunidad para que las personas de todo el mundo, y en particular los africanos, celebren el patrimonio cultural y natural único del continente”.
Benito Irady, presidente del Centro de Diversidad Cultural, afrodescendiente y gran artífice de varios de los logros de Venezuela en materia de patrimonio cultural universal, afirma que “hay un gran y marcado interés por parte de Naciones Unidas porque la mirada hacia África sea más permanente en cuanto a la necesidad cierta de salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial expresado en un conjunto de manifestaciones propias de ese continente que, como todos sabemos, están extendidas en el mundo y de manera muy significativa entre los pueblos de América Latina y el Caribe”.
Irady advierte de un hecho que merece atención: en la lista de manifestaciones y bienes ya sujetos a salvaguarda, África es el continente con menos aportes. “No llegan ni a un 12% o 13% de todas las que existen en el mundo y esas, mayoritariamente, son manifestaciones que requieren salvaguarda urgente” porque están en riesgo de desaparecer.
“Por eso, devolver la mirada hacia África es muy importante, y esta fecha es oportuna para comprender que los pueblos de la región a la que pertenecemos, América Latina y el Caribe, tenemos una deuda enorme con África -expresa Irady-. Nuestra cultura es la mezcla de los elementos africanos, los propios de nuestros pueblos indígenas y los aportes europeos. Sin embargo, existe una tendencia cada vez más significativa a valorar lo que representa África en esa suma”.
Precisó que durante el Gobierno Bolivariano ha habido un conjunto de leyes, acuerdos y consideraciones sobre la trascendencia de esa herencia de África en Venezuela, país donde lo africano tiene un espacio cada vez más común y definido. “De hecho, la mayor parte de nuestras manifestaciones reconocidas por la Unesco como patrimonio cultural mundial tienen un componente africano elevadísimo. Basta revisar la lista para comprobar que Venezuela ha sido uno de los países de América Latina y el Caribe que ha contribuido de manera más significativa a valorizar la herencia de África y proyectarla ante el mundo”, acotó el también docente, escritor, cronista, investigador y exviceministro de Identidad y Diversidad Cultural.
Otro de nuestros grandes expertos en África, el historiador Reinaldo Bolívar, quien ocupó el cargo de viceministro de Relaciones Exteriores de Venezuela para África entre 2005 y 2017, también destacó la contradicción existente entre los enormes tesoros patrimoniales de África y su reducida presencia en la lista de bienes protegidos.
“El caso africano es llamativo, pues a pesar de lo extenso de este continente y de ser la cuna de la humanidad y el espacio donde se forjaron varias de las grandes culturas planetarias, no cuenta con gran cantidad de sitios o manifestaciones reconocidas como patrimonio cultural mundial -expresó-. Esta fecha, que fue asumida recientemente, busca reivindicar al África como gran patrimonio de la humanidad por su cultura, su naturaleza, su flora, su fauna, por la variedad de especies animales y vegetales que solo se encuentran en ella”.
Bolívar, presidente fundador del Instituto de Investigaciones Estratégicas sobre África y su Diáspora, tiene conocimientos muy precisos acerca del enorme potencial africano en el campo del patrimonio mundial. “Es poco estudiado el legado africano en materia de tratamiento de metales, las construcciones en hierro de Nigeria o en bronce, de Benín -explicó-. En nuestro caso de estudio, tenemos la importancia del bahareque. Son grandes ciudades construidas sobre la base del adobe, de la tierra. Un ejemplo es Djenné, en Mali, una ciudad totalmente de tierra con más de dos mil casas y mezquitas enormes, monumentales, que ya tienen cientos de años, pues fueron edificadas entre los siglos XV y XVII”.
“Los patrimonios culturales también sobresalen en lugares poco conocidos para nosotros como las islas Mauricio, Madagascar o el Gran Zimbabue (una ciudad a la que comparan con la Acrópolis, capital del reino Bantú, al sur del actual Zimbabue) -enumeró-. Tenemos el caso de las Lalibelas, iglesias construidas en lugares subterráneos, mediante excavaciones en rocas, en Etiopía, por cristianos que huían de los romanos”.
Bolívar, autor del libro África, la historia no contada, dijo que “igualmente es muy rico el patrimonio de esculturas y máscaras que ha legado África y que son una narrativa de la historia cultural y política de los distintos grupos étnicos que van desde abajo, en las costas del océano Índico, hasta arriba, en las del mar Mediterráneo, en más de 30 millones de kilómetros cuadrados con una historia única”.
Añadió que también caben en ese patrimonio los aportes de los colonizadores romanos que construyeron grandes teatros y templos en el norte del continente, sobre todo.
“De igual manera está el legado de los primeros habitantes del continente, que luego irían, de manera progresiva trasladándose a los diferentes lugares del planeta. Ese patrimonio subsiste y por eso es importante que se llame la atención sobre él este 5 de mayo y en todo el mes, pues se celebra en el mundo el Mes de la Africanidad, y en Venezuela, el Mes de la Afrovenezolanidad, que comienza con las festividades de la Cruz de Mayo. Podemos decir que la diáspora cultural de África cubre la humanidad entera”, expresó Bolívar, un afrodescendiente de San José de Tiznados (Guárico), el terruño de la Negra Matea.
Amenazas contemporáneas
La Unesco advierte que el patrimonio natural y cultural de África está en riesgo debido fundamentalmente a lo que denomina “amenazas contemporáneas”. Paradójicamente, puede decirse que esas amenazas son causadas por el supuesto progreso de las “civilizaciones avanzadas”.
Entre ellas se cuentan el cambio climático, el desarrollo incontrolado, la caza furtiva, los disturbios civiles y la inestabilidad. La Unesco, con su jerga diplomática consensuada con las grandes potencias, no llega a decir que en la destrucción de ese patrimonio tienen un rol de protagonistas las guerras imperialistas derivadas de la pugna por el control de los incuantificables recursos naturales de este continente.
Con ese agregado, valga decir, junto con el ente internacional, que “muchas de las maravillas de África corren el riesgo de perder su valor universal excepcional”.
Por ello, la Unesco enfatiza que “es más urgente que nunca proteger y preservar este patrimonio insustituible para el disfrute de las generaciones futuras”.
Declarativamente (como lo hacen estos organismos de la ONU) “se ha comprometido a encabezar los esfuerzos internacionales para aprovechar el vasto potencial del patrimonio cultural y natural de África como fuerza para la reducción de la pobreza y la cohesión social, así como motor del desarrollo sostenible y la innovación”.
CIUDAD CCS / CLODOVALDO HERNÁNDEZ