Fisio en acción | Mala postura atrae la espondilitis anquilosante
07/05/2023.- La espondilitis anquilosante es una enfermedad de tipo reumática que se manifiesta con fases de dolor lumbar que pueden afectar toda la columna y las articulaciones periféricas, ocasionando inflamación y dolor, rigidez vertebral, pérdida de movilidad y deformidad articular progresiva. Puede venir acompañada de manifestaciones extraarticulares como inflamación en los ojos o en las válvulas del corazón.
Su causa se desconoce, pero algunos especialistas la relacionan con la herencia genética, casi siempre suele manifestarse en la adolescencia o juventud, y la mayor incidencia es en hombres, lo cual no quiere decir que las mujeres no puedan padecer de esta enfermedad, pero en nosotras, si aparece, se manifiesta de manera leve y eso hace que el diagnóstico sea más difícil.
Entre los síntomas principales que experimenta quien lo padece tenemos: dolor nocturno y pérdida de movilidad en la región lumbar y sacroilíaca, pero también puede afectar la cervical y región dorsal de la columna, inflamación ocular y daño en las válvulas cardiacas; también se pueden presentar enfermedades intestinales inflamatorias, desencadenando fiebres altas, pérdida de peso y anemia.
Esta enfermedad suele producir brotes sucesivos de lumbalgia, inflamación en los puntos de unión de tendones y ligamentos al hueso (hombros, caderas, rodillas o tobillos), hay fases de remisión de la misma y es allí donde el paciente no presenta ninguna molestia y vuelve a sus actividades cotidianas.
La principal recomendación que se le hace al paciente que padece dicha afección es que debe aceptar sus limitaciones para evitar una mala evolución de la enfermedad y mejorar su calidad de vida, en fisioterapia se les recomienda a los pacientes que sufren esta patología que eviten las malas posturas, no inmovilizar bajo ningún concepto la columna con fajas y corsets, evitar a la medida de lo posible las posturas prolongadas y el aumento de peso, realizar ejercicio con regularidad, evitar fumar para no complicar la función respiratoria.
El tratamiento se basa en la prescripción de antiinflamatorios que logran aliviar el dolor y reducir la inflamación articular, lo cual permitirá una mejor calidad de vida, analgésicos (sulfasalacina y metrotexato), rehabilitación y fisioterapia, práctica de alguna actividad deportiva como natación, la cual debe ser supervisada y guiada por el médico reumatólogo.
Ydalmis Bravo