Micromentarios | Cien años de Max Velthuijs
23/05/2023.- Cuando en 1979 obtuve el premio Casa de las Américas, en la categoría Literatura Infantil y Juvenil, advertí que no sabía gran cosa sobre escribir para esos públicos.
Como intuí que no debía exhibir mi ignorancia, me encerré en la biblioteca del Banco del Libro para leer cuanto pudiera al respecto.
La bibliotecaria, la señora Lilian Aguilar, entendió lo que necesitaba y me proveyó de obras durante diez días. Al término de ese lapso, descubrí, asombrado, que había leído 610 libros, la mayoría contentivos de un único cuento.
Casi todos se hallaban en español, en ediciones españolas, argentinas y mexicanas, más algunas hechas en Venezuela. Pero se colaron unos pocos en inglés y en otros idiomas. No incluí en mi lista aquellos que no supe leer.
Entre estos, me llamaron la atención los dibujos de un cuento titulado The little boy and the big fish. Eran sencillos y muy coloridos. Nunca he olvidado la imagen del niño sentado en la sala de su casa leyendo un libro, en tanto el pez lo contempla desde una tina colocada a su lado.
Le pregunté a Lilian quién era Max Velthuijs, el autor, mientras me buscaba otro lote de obras. Contestó que solo sabía que era holandés. Supe nuevamente de él años más tarde, cuando Ediciones Ekaré publicó varios volúmenes en torno a su personaje más conocido: Sapo.
La semana pasada, en la red, me topé de nuevo con Velthuijs y descubrí que el 22 de este mes —ayer—, habría celebrado cien años, de no haber fallecido en 2005.
Max Velthuijs nació y murió en La Haya, Países Bajos.
Aunque creó diversos personajes —en su mayoría animales—, centró su obra en Sapo. En torno a este y sus amigos —Pata, Rata, Cochinito y Liebre—, escribió, ilustró y publicó trece volúmenes entre 1989 y 2001.
Sapo no tiene características resaltantes. Es solo un batracio verde que siempre supera los problemas que confronta. Pero no lo hace en solitario, sino con el apoyo de sus amigos.
Velthuijs tocó con gran sencillez temas como la amistad —el principal—, el amor sin prejuicios, los falsos temores y la necesidad de acoger con cariño y respeto al inmigrante y a quien es diferente a uno.
Sus libros, protagonizados por Sapo, le hicieron acreedor, en 2004, del premio Hans Christian Andersen, el máximo galardón que entonces se entregaba en el mundo a los escritores e ilustradores de libros para niños y jóvenes. En la actualidad, lo es el Memorial Astrid Lindgren, otorgado anualmente por el Gobierno de Suecia, en honor a la creadora de la maravillosa niña Pippi Calzaslargas.
El veredicto del Andersen sobre Velthuijs resumía así las razones del reconocimiento:
Por haber dedicado su vida a la literatura infantil. Velthuijs ha demostrado en numerosas ocasiones que comprende a los niños: sus dudas, sus miedos y sus alegrías. Sus libros son pequeñas joyas de imagen y texto que se integran para dar apoyo y confianza a los niños cuando se animan a explorar el mundo que los rodea.
Armando José Sequera