Psicosoma | Automotivación sujetada
23/05/2023.- Cuando hablamos de motivación, nos referimos a condiciones internas y externas interdependientes del individuo, sujeto, organismo biopsicológico sociocultural y sus entornos.
Es el motivo lo que provoca el deseo de hacer algo o no. Es la fuerza psicológica que orienta y dirige la conducta. Deviene de la palabra latina motīvus (movimiento) y el sufijo -ción (acción, efecto).
La motivación y la emoción contribuyen a dar dirección a la conducta porque los motivos personales, ya sean intrínsecos o extrínsecos, la energizan y direccionan; mientras que las emociones facilitan e inhiben la conducta para optimizar las adaptaciones exitosas. La motivación logra una actitud positiva y hace que la tarea se haga con energía.
La automotivación es el motor interior que impulsa directamente hacia lo que se quiere. Es una fuerza potente.
Aprender a automotivarse es educarse para dirigir el poder personal, transformando el presente y realidad actual. Pero vivimos en una sociedad neoliberal consumista y creemos que casi todo se puede adquirir.
Se conoce poco del funcionamiento fisiológico del cuerpo y nos llevamos más por las diferencias físicas de hombre o mujer, y ni qué decir del conocimiento del aparato psicológico, el inconsciente individual, colectivo, los traumas y trastornos mentales…
Al compartir con niños y niñas, muchos no saben de dónde viene un huevo porque no han visto una gallina. El agujero negro del conocer nuestras potencialidades nos traspasa.
Desde los años cincuenta el conocimiento y funcionamiento del cerebro están siendo objeto de estudios, pero esto devino en focalizar el compromiso orgánico en la disfunción mental, por no decir enfermedad. He estudiado a muchos partidarios de la antipsiquiatría como a Ronald David Laing, David Cooper, Thomas Szasz y Michel Foucault (se puede encerrar la locura, pero no se cura).
Digo todo esto porque hasta ahora los cerebros de las personas diagnosticadas psicóticas son tan iguales a los cerebros comunes que no se ha encontrado "la piedra de la locura". Ese supuesto de normalidad y anormalidad está controlado por los manuales del DSM y más bien son hartamente conocidas las alianzas y negocios con la industria farmacológica.
Así como este botón o perlita —como decía el profe Earle Herrera—, estamos sometidos y condicionados para no investigar ni curiosear porque todo lo tenemos "servido" para nuestro supuesto confort y seguir produciendo. Entonces, ¿bajo qué patrones hablamos de motivación, automotivación o poder personal?
Nada es imposible ante la curiosidad y capacidad de reflexión del individuo, que ahora, con secuelas de la pandemia, tiene la necesidad de revolver el caos para darse cuenta de que proviene de las personas, los grupos, los motores generadores de su existencia, de las energías de vibras positivas o negativas. Cualquier persona puede declarar vegetar o morir o vivir creando, buscando nuevas facetas que las tiene en sí mismo o sí misma, es decir, su vitalidad. La vida es su responsabilidad.
Hay que concientizar los mecanismos o soportes de este "acomodo" que necesitan reacomodos o reestructuración basados en necesidades que nacen de los individuos, de grupos que comparten o viven solos. Todo está cambiando.
La automotivación en la vida personal es fundamental para cada uno de nosotros y es diversa por las diferencias individuales y dinámicas sociales en las cuales estamos como entes pasivos o activos. No nos preocupemos si algunos días estamos bajos de energía y ese bajón llama a detectar las variables. Tenemos la naturaleza y la risa gratuita —estímulos de automotivación— como elementos básicos de recreación. Evitemos el encierro y estar con personas con actitudes egóticas.
Vamos a formular nuestros mantras y sacudirnos de vibras negativas con ejercicios y frases.
Les recomiendo leer El principito del escritor Antoine de Saint-Exupéry: "Cuando uno se deja domesticar, corre el riesgo de llorar un poco".
Rosa Anca