27/05/2023.- La fuerza militar global de Estados Unidos (EE. UU.) muestra claramente el gran peligro que implica para todos los pueblos del mundo la dirección hacia la carrera desenfrenada de los armamentos. La política exterior de EE. UU., que ha apostado sin rodeos a la superioridad militar a la fuerza —o sea, en el fondo, a la hegemonía mundial—, como medio para conseguir sus objetivos en la arena global, ha sido la causa, desde el punto de vista unipolar, de un crecido aumento de la tensión y amenaza militar.

La obra político-militar de EE. UU. es la agrupación Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que se materializó en un Tratado desarrollado en Washington, reuniendo a 15 países capitalistas: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Canadá, Italia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca, Islandia, Noruega, Portugal, Grecia (hasta 1974), Turquía, República Federal Alemana y Francia (hasta 1966). Actualmente, la membresía de esta organización supera los 29 países.

La OTAN, creada el 4 de abril de 1949 bajo el patrocinio y la dirección de EE. UU., prevé el deber de sus miembros a prestarse ayuda militar, tratar las consultas y resolver por medios pacíficos todas sus diferencias. En la actualidad, la OTAN es una constante amenaza. Trastoca la vía pacífica de Europa y de todo el orbe con el aumento de sus efectivos con blindados, aviación, unidades navales, armas nucleares y artillería pesada, con que ese bloque trasatlántico ejerce una presión real en las fronteras con la Federación de Rusia.

El Tratado de la OTAN se reafirmó hace 24 años con una agresiva y distorsionada aplicación contra la integridad de la República Federal Socialista de Yugoslavia en 1999, bajo la presidencia del héroe nacional Slobodan Milošević, quien la defendió apegado a la soberanía, el territorio, la independencia y el orden constitucional del país. Sin embargo, el bloque OTAN, instrumento político-militar del imperialismo norteamericano, como bien se sabe, recurrió a toda clase de medios para cometer violaciones al derecho internacional, bombardeando y cometiendo crímenes contra la población civil, apoyado en el aparataje de la fuerza militar y así lograr el objetivo de desintegrar Yugoslavia.

En la actual Ucrania, nazifascista, las fuerzas militares de EE. UU., el Reino Unido (RU) y la Unión Europea (UE) pretenden crear una amenaza real en todas las direcciones contra Rusia. Allí el torpedeo a la paz por parte de Occidente es totalmente tendencioso y constituye un paso de mucho peligro.

Esto es la fuerza global de EE. UU. y la OTAN, bloques militares agresivos de Estados imperialistas que se alimentan con el apoyo del complejo militar industrial estadounidense, acrecentado este con el presupuesto de defensa norteamericano para mantener bases militares y los focos de conflictos en todo el planeta. Al respecto, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, manifestó que la inestabilidad en el mundo aumenta al existir riesgos enormes de guerra entre potencias nucleares.

J. J. Álvarez