Historia viva | Cuestionar el pasado o historiar la política
31/05/023.- Cuando en 1992 el politólogo americano de origen japonés Francis Fukuyama "proclamó” el fin de la historia, un campesino devenido en militar y político venezolano, en contraposición, ya estaba historiando la política. Hugo Chávez Frías se atrevió a desempolvar los hechos del pasado para analizarlos políticamente y de allí hacer una prospectiva revolucionaria que resultó en un plan nacional para el destino de la República Bolivariana de Venezuela que hoy está en desarrollo y que sentó un modo de hacer política. Por supuesto, resultó en una amenaza para el mundo capitalista, tal y como lo decretó el presidente Omaba en 2015.
Paradójicamente, Fukuyama, al parecer, cambió de idea luego, cuando señaló en una entrevista al periodista Néstor Ikeda (2006) que "Chávez era el retorno de la historia". La verdad es que el asunto pasa del tamiz político al filosófico y de allí a la realidad práctica y de esta a la teoría. Entonces, nos preguntamos: ¿qué es la historia? ¿Es un arte del azar o una ciencia del espíritu humano? ¿Quién tiene la razón, Fukuyama o Chávez?
Son preguntas que estarán debatiéndose en el coloquio Historia: ¿realidad o ficción? que organiza el Centro Nacional de Historia y que se realizará en la librería Colombeia, en la Casa Bicentenario de la avenida Universidad, el próximo viernes 2 de junio desde las 10 a. m.
El diálogo entre historiadores y literatos, como con los cronistas, memorialistas y escritores, estudiantes y docentes ofrece continuidad a los más recientes debates llevados a cabo en la Feria del Libro de Venezuela (Filven), donde poetas e historiadores venezolanos se dieron cita para el debate fecundo respecto a los retos que las culturas venezolana y nuestroamericana y la Revolución Bolivariana desafían sobre el pensamiento contemporáneo y los destinos de la humanidad.
Fukuyama, escribió un primer artículo en 1989, donde esbozaba sus primeras ideas sobre el destino de la humanidad, distinto al concepto de que el final de la historia, según la concepción marxista, vendría con la desaparición del Estado y la instauración del comunismo.
Fukuyama, sin embargo, adelantó que el fin de la historia lo determinaba el libre comercio y la instauración del sistema liberal capitalista como última instancia humana y lo valoraba como el mejor sistema político del mundo.
Hay que entender la euforia capitalista ante el derrumbe del Muro de Berlín (1989) y la desaparición de la Unión Soviética en los primeros años de la década de los noventa, con la cual se daba fin a la llamada Guerra Fría, pero ¿realmente ha terminado la historia, tal cual lo señaló Fukuyama?
El factor tiempo parece que le dio la razón a Chávez y aunque Fukuyama sigue pensando que el capitalismo es la mejor forma de vida, la realidad no le da la razón, en tanto el mundo capitalista se acerca al abismo y al caos del sistema financiero basado en el dólar, en una economía paralizada en una recesión prolongada, mientras que Chávez proponía transformar el sistema antes de acabar con la humanidad.
El presidente Maduro en su mensaje al pueblo venezolano desde la Asamblea Nacional en 2013 se refirió a Chávez y su visión de la historia cuando propuso
armarnos de una visión jánica, aquella visión del Rey Jano, también de la mitología, que miraba al pasado y al mismo tiempo miraba al futuro. Tenía dos caras, una mirando al pasado y nunca lo perdía de vista y otra mirando al futuro y nunca perdía de vista el futuro, y pisando el presente sin perder tampoco la certeza de lo que estaba ocurriendo, el presente.
Es un debate que tiene siglos desarrollándose y que aún hoy persiste. A los docentes se les presenta en las más disímiles formas. Por ejemplo, a partir de la formulación del programa escolar GHC (Geografía, Historia y Ciudadanía) en Venezuela en el año 2015, académicos tradicionales y voceros de la derecha —algunos de ellos autocalificados de izquierda como Manuel Caballero— señalaron que el chavismo había eliminado la "Historia" del pensum de estudios del bachillerato venezolano. Las alharacas academicistas confunden a los "distraídos" bajo el velo de la diatriba política como barricadas o "guarimbas" académicas. La realidad era que las tres materias se integraron sobre la base de la transdisciplinariedad espacio-tiempo-ser humano y se enfocan en una visión integradora y no fragmentaria como se hacía antes. Leamos a Ramón Tovar en su Enfoque geohistórico para despejar dudas.
Lo mismo se ha planteado sobre nuevas propuestas desde el enfoque de la "historia insurgente", o si la historia es ciencia o arte o es ficción. No temo en señalar que en pocos países de América se estén dando discusiones de este tipo, donde han intentado enclaustrar la historia en el "pasado", como recuerdo sin reflexión política en el presente ni proyección en el futuro. Las máscaras de estas dictaduras académicas se caen como se cayeron las de las "autoridades" desvergonzadas de la Universidad Central de Venezuela en 2023, por cuanto sus mismos actos les han quitado la solemnidad y la majestad de sus cargos. La gestión humana del historiador puede ser tan bella como exactas sus palabras en una frase precisa para describir el evento, tal y como señaló Marc Bloch en los años cuarenta del siglo XX.
Aldemaro Barrios Romero
venezuelared@gmail.com