Horizonte de sucesos | Realidad y cultura
Todo es posible si vemos la sociedad como un cerebro
Antes de intentar esbozar un concepto de cultura es necesario precisar que, por más arrechísimos y exclusivos que nos sintamos, nadie tiene un pensamiento único y que esté más allá de la sociedad. Y esto no quiere decir que deje de ser un acto individual, pero sí condicionado por la realidad-sociedad (algunos sostienen que la realidad y sociedad son una misma cosa). Esto no implica que el acto deje de ser un hecho individual, pero todo entra en los marcos sociales que delimitan todo el conocimiento existente.
Entonces se puede afirmar que la cultura vendría siendo el corretaje por donde transita todo lo que se dice, lo que se piensa, pero además la forma en la que se dice y se piensa todo. Sin duda alguna, se piensa con formas.
Y aunque la sociedad sea una entidad un poco más abstracta que un ser humano, no implica que el cerebro de esta no opere, también, como una entidad psíquica. Esto se debe a que el cerebro social está construido por gente en un proceso constante de crear y recrearse a sí mismo [se dijo en este espacio].
Para Christlieb, la cultura es la inseparabilidad de todo, aquello dentro de lo cual vivimos, con lo cual pensamos y sentimos, en fin, lo que moldea el barro original que nos transforma vasijas casi idénticas donde se vierten los contenidos pensamentales y simbólicos que nos dan vida y personalidad.
Puede ser que sintamos resistencia al momento de que nos comparen con una producción en serie de individuos, pero no es mucho lo que podamos hacer por el solo hecho de que nuestra especie es cultural y se resuelve en multitud. Todo el conocimiento, más allá de que existan algunos reflejos animales instintivos, es aprendido y aprehendido mediante la relación con otros.
Sin embargo, esto no quiere decir que estemos condenados a que no se pueda cambiar lo que ya está. Todo es posible si vemos la sociedad como un cerebro desde donde hay que empezar a ver todo desde otra forma.
Heathcliff Cedeño