Letra invitada | Delincuencia cero
03/06/2023.- ¿Necesitamos diagnósticos para saber que cada día más de treinta millones de peruanos viven atemorizados por la delincuencia? No. Lo que necesitamos es saber qué hacer, cómo y en cuánto tiempo se pueden lograr los objetivos y así no caer en la improvisación, populismo y burla para con nuestros hermanos compatriotas. Si tenemos claro el objetivo, los tiempos, las condiciones y la expertise necesaria, entonces, nunca más llegará a ser electo un gobernante mentiroso y cínico como para prometer diez mil motos para la ciudad de Lima, cuando era imposible hacerlo en los primeros cien días. Muchos de los que aspiran a los cargos públicos viven en resacas eternas de las peores borracheras.
En mi gobierno del futuro quinquenio ofrezco eliminar la delincuencia con los resultados que ha demostrado el presidente Bukele... Claro, sin que se atente contra los derechos humanos. Sobre esto, basta mencionar el último informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) frente a lo que, a todas luces, fuimos testigos: el asesinato y masacre de más de setenta hermanos andinos que salieron a protestar porque no reconocían el golpe blando, que se ha perennizado con el apoyo del brazo militar entre diciembre del 2022 y enero de este año. Por tanto, eliminaremos la delincuencia en su totalidad como en El Salvador, pero sin atentar contra los derechos humanos porque, más temprano que tarde, la justicia llega.
¿Cómo lo haré?
En primer lugar, reformaremos la política penitenciaria, ya que en la actualidad las cárceles son escuelas de postgrado del crimen. En segundo lugar, se construirán más cárceles en Lima y en todas las regiones. Para ello haremos uso de los acuerdos de gobierno a gobierno y así asegurar los tiempos, la calidad y la garantía. Además, no se darán adendas ni recursos judiciales para dilataciones o dilaciones, de modo que se garantizará la eficacia y la eficiencia de las obras terminadas.
En paralelo, se abrirán cuentas bancarias a los reos (de más está decir que no serán en los cinco únicos bancos que se han apoderado del Perú, sino que vendrán trescientas nuevas entidades financieras), cuentas que servirán únicamente para percibir su sueldo. ¿Sueldo? Sí, porque en mi gobierno los delincuentes no solo estudiarán, también trabajarán, pero no en talleres mínimos nada más, sino en las obras de infraestructura (carreteras, escuelas, puentes, etc.) que el Estado emprenderá en convenio con la inversión mixta. De esta forma, con su trabajo el reo contribuirá a la patria, su esfuerzo y mano de obra será valorada y contará con un ahorro para que cuando cumpla su condena salga capitalizado y reformado. Con su trabajo, el delincuente también pagará su alimentación y demás gastos básicos; se le garantizará una profesión y el manejo de otros idiomas, empezando por el quechua y el aimara, así como el chino y el inglés, además del perfeccionamiento del español.
Serán desmanteladas y controladas de modo absoluto las organizaciones criminales que existen ad intra de los centros penitenciarios con un equipo de alta tecnología para que sean eliminados los sistemas de internet con un cortafuegos, dejando el que se necesita para el uso exclusivo de los estudios.
En cuanto a los actuales servidores del cuerpo de serenazgo, se les pagará su especialización para que sean agentes de seguridad privada; así podrán portar armas en los cuadrantes que les faculta la ley, según las disposiciones municipales. El Ministerio del Interior será reformado y las trabas burocráticas en las comisarías serán eliminadas. Todo el personal administrativo será reducido a su mínima expresión sin bajar la efectividad. Por el contrario, con menos administrativos tendremos mayor eficiencia y eficacia y al resto del personal policial se le enviará a las calles, sobre todo en las zonas altamente conocidas de mayor delincuencia, junto con planes detallados de inteligencia y con legislación especial para salvaguardar tanto los derechos humanos de todos como para facultar a los policías a usar sus armas de ley, sin temor a represalias judiciales por parte de los familiares de los criminales.
Cada barrio contará con una organización de cámaras y alarma interconectada con una central municipal y con la comisaría más cercana. Todas estas centrales municipales estarán enlazadas entre sí para evitar que los delincuentes se escapen o escondan en "tierra de nadie". Justamente por ello se empezará por las zonas de mayor peligrosidad. Se facultará al Ministerio Público de toda la logística necesaria, a través del presupuesto general de la República, para que pueda de inmediato hacer la investigación, recolectar las pruebas y acusar. En coordinación, se establecerá un convenio con el Poder Judicial para que se establezca un accionar efectivo de los juicios, respetando irrestrictamente la autonomía del tercer poder del Estado.
Nada de esto puede prescindir o estar al margen de la política de Estado basada en la implementación de las rondas ciudadanas y campesinas, de tal forma que quienes cumplan tal labor de vigilancia y seguridad podrían estar exonerados o afectos a un descuento de sus impuestos. Esta política potenciará las rondas campesinas, las cuales han logrado mucho sin intervención directa del Estado; ahora, imaginemos por un instante lo que se lograría si por su función tuvieran acceso a bonificaciones como las exoneraciones o descuentos de impuestos.
Por último, se implementará un proyecto de reconciliación entre la policía y las Fuerzas Armadas con la población, porque el asesinato de nuestros hermanos andinos ha reabierto una herida que no solo exige justicia, sino reconciliación y perdón de parte de nuestro pueblo, para que así nunca más suceda la masacre que aconteció el pasado diciembre cuando la señora Dina Boluarte usurpó el cargo presidencial; nunca más nuestras Fuerzas Armadas deberán olvidar lo que nuestro padre y Libertador Bolívar dijo: "Maldito el soldado que apunta su arma contra su pueblo".
Este es el Perú que sueño, quiero y haremos juntos, para que con los más de treinta millones de peruanos construyamos la patria grande, esa patria que por más de doscientos años debió ser levantada, desarrollada y amada; hoy juro, por mi sangre mestiza que, en mi gobierno, transformaré el Perú como lo hizo Pachacútec, Huayna Cápac y, sobre todo, Túpac Yupanqui.
Audentes fortuna iuvat.
Continuará…
Padre Luis Alejandro Balazar García