Mirada política | Atentado a Cristina es un golpe a la democracia

Pueblo argentino rechazó el hecho con una gran marcha

El atentado contra la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, es una muestra del grado de barbarie al que pueden llegar los extremistas de derecha, quienes parecen no soportar a quienes profesan pensamientos de izquierda o son de inclinaciones progresistas (no me gusta mucho el término progresista) y son capaces de ejecutar cualquier acción con tal de acabar con estos liderazgos de izquierda que lo único que buscan es hacer justicia, que lo único que desean es que los desposeídos de siempre, los descamisados, los campesinos, las mujeres trabajadoras, los obreros, aquellos que han de luchar día a día para llevar el pan a su casa con mucho sudor y esfuerzo sean atendidos y tenga acceso a las necesidades prioritarias de todo ser humano. Lo más cumbre es que muchos de esos extremistas de derecha, que defienden a capa y espada el capitalismo depredador, vienen de esos grupos o sus padres fueron parte de ellos, pero la vida les permitió salir de abajo y apenas salen de las barriadas, se alejan del populacho, ya se creen millonarios y actúan como ricos de cuna.

No se tiene pleno conocimiento de los motivos que tuvo el joven Fernando André, de 35 años y natural de Brasil, para actuar de esa manera contra Fernández de Kirchner, lo cierto es que al parecer ya tiene registros policiales y, según las primeras investigaciones, se localizaron en su casa una centena de balas del calibre de la pistola que le fue incautada y la cual intentó accionar contra la vicepresidenta argentina cuando esta llegaba a su casa; pero sí se pudo conocer que André es un fuerte oponente a las ideas de izquierda que comienzan a resurgir en América Latina. Igual cabe esperar los datos que vayan a arrojar los procesos policiales y legales que se abran en relación al magnicidio en grado de frustración contra una mujer del calibre de Cristina Fernández de Kirchner, que tiene un fuerte apoyo entre la gente del pueblo argentino, que salió un día después del hecho a plenar las calles de Buenos Aires y los alrededores de la Plaza de Mayo, para mostrar su rechazo ante tan abominable acontecimiento que pudiera abrir las puertas a otros de igual tipo, visto que los extremistas de derecha cada día tienen más odio inoculado por los medios contra el pensamiento de izquierda.

Y hablando de izquierda, creemos que el Gobierno Bolivariano dé un giro a su mirada y observe cómo el pueblo trabajador está sufriendo para adquirir los productos de primera necesidad y trasladarse a sus puestos de trabajo. Los precios se dispararon con la subida sin frenos del dólar paralelo. La carne de res pasó de costar entre 35 y 38 bolívares para ubicarse alrededor de los 55, mientras que el pollo entero, que costaba unos 16 Bs., ahora tienen un valor de 30. Y ni hablar del cartón de huevos que costaba 26 y pasó la barrera de los 40 Bs.; mientras el queso duro dobló su precio, y después de estar hace cosa de dos semanas en 20 Bs., ahora está entre 40 y 42 Bs. Y no hablemos de la harina precocida, el azúcar, el arroz, la pasta y el café que reflejaron un incremento entre 30 y 40 puntos porcentuales; a su vez que el pasaje ya está en 3 Bs., es decir, que un trabajador o trabajadora puede gastar en una quincena casi lo que gana en el mes si debe tomar dos transportes cada día para ir a su lugar de empleo y regresar a casa.

 

Juan Carlos Pérez Durán

 


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