Retina | Cuentos que no son para dormir

05/06/2023.- La rectora eterna de la UCV me recordó la película Un monstruo viene a verme. Aunque es un cuento para niñas y niños, se propone salvarles de la sencillez del “bien y el mal”. La película obliga a entender que en la realidad, como bien dijera el poeta Roberto Juarroz, en el árbol de la vida muy bien puede hacer nido el pájaro de la muerte.

El niño de la historia, como si no le bastara ser hijo de una madre a punto de morir y víctima predilecta de las golpizas de sus compañeros, un monstruo le visita en sus pesadillas y lo obliga a escuchar tres historias antes de que, también por obligación, el niño deba contar la suya.

En la primera, un buen rey muere. Su joven esposa, sospechosa de ser bruja y de haberlo envenenado, se convierte en regente y presiona al príncipe, de 17 años, para casarse con él y así quedarse como reina. El príncipe huye con su novia, la hija de un granjero, pero la muchacha es asesinada y el príncipe culpa a la reina. El pueblo indignado la lincha y proclama rey al príncipe.

El monstruo, luego de contar esta historia, revienta cada una de las creencias que había adquirido el niño al escucharla. En resumen, el príncipe había matado a su novia para generar la revuelta que le permitiera tomar el reino. La reina era mala, pero no tan mala, y el príncipe no era tan bueno.

Ese cuento vale mucho para nuestros días. La UCV ha subordinado durante años su deber universitario para ser un centro de propaganda en contra del pueblo venezolano.

La narrativa que se instaló allí tiene la simplicidad que reclamaba Goebbels para la propaganda nazi: en Venezuela hay una dictadura que reprime brutalmente y que quiere apoderarse de las universidades.

Con este cuento hemos visto el creciente deterioro de la propia universidad, colocada como última prioridad para quienes tenían la responsabilidad de conducirla.

Ante tanto descuido, el mismo gobierno que ese rectorado se ha propuesto derrocar, se vio obligado a realizar las reparaciones necesarias para que el recinto universitario recobrara algo de la plenitud de otros días.

En el caso de esta rectora, no fue necesario que apareciera un niño que dijera “la emperadora está desnuda”. Nadie quería que ella siguiera allí, pero ella quiso quedarse hasta algún año que no podemos ubicar en el tiempo.

Freddy Fernández

@filoyborde

 


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