Entorno global | Multipolaridad, nueva balanza de poder
Los pueblos deberán asumir un rol más estratégico y participativo
Matthew Kroenig, subdirector del Centro Scowcroft de Estrategia y Seguridad del Atlantic Council, ha publicado recientemente en el portal Foreign Policy un artículo denominado "La teoría de las relaciones internacionales sugiere que se avecina una guerra entre las grandes potencias", donde detalló a través de las teorías los siguientes aspectos:
- Durante décadas las principales potencias podrían disfrutar principalmente de relaciones cooperativas.
- Las teorías realistas de relaciones internacionales se centran en el poder y, durante décadas, sostuvieron que el mundo bipolar de la Guerra Fría y el mundo unipolar posterior a la Guerra Fría dominado por Estados Unidos eran sistemas relativamente simples que no eran propensos a guerras de errores de cálculo. También sostuvieron que las armas nucleares elevaban el costo del conflicto y hacían impensable la guerra entre las principales potencias.
- Los teóricos liberales argumentaron que un triunvirato de variables causales (instituciones, interdependencia y democracia) facilitaba la cooperación y mitigaba el conflicto. El denso conjunto de instituciones y acuerdos internacionales proporcionaron foros para grandes potencias a fin de resolver sus diferencias pacíficamente.
- Los académicos constructivistas explicaron cómo las nuevas ideas, normas e identidades han transformado la política internacional en una dirección más positiva.
- Sin embargo, las principales fuerzas impulsoras de la política internacional actual sugieren que es poco probable que la nueva guerra fría entre Estados Unidos, China y Rusia sea pacífica.
Un conflicto que, según la perspectiva de este autor, va de la mano de la consolidación de un sistema multipolar, lo que nos permite recordar los planteamientos del presidente Hugo Chávez cuando anunciaba la importancia de impulsar una nueva geopolítica internacionales a través de la política exterior del Estado venezolano, orientada a diversificar las alianzas y, con ello, la cooperación e intercambio económico y comercial mediante la ampliación del mercado y la transferencia de tecnología y conocimiento para el desarrollo económico y social de la nación.
Sin embargo, el autor, fundamentado en el realismo político, destaca que:
- La multipolaridad es inestable y propensa a grandes guerras por errores de cálculo. Los sistemas multipolares son inestables en parte porque cada país debe preocuparse por múltiples adversarios potenciales, señalando los conflictos simultáneos de EE. UU. con Rusia, China e Irán.
- Los realistas se centran en los cambios en el equilibrio de poder y se preocupan por el ascenso de China y el declive relativo de EE. UU. La teoría de la transición de poder dice que la caída de una gran potencia dominante y el surgimiento de un retador ascendente a menudo resulta en una guerra.
- En la nueva guerra fría, las instituciones internacionales simplemente se han convertido en nuevas arenas para la competencia.
- Nuevas leyes y regulaciones en los EE. UU., Europa y Japón están restringiendo el comercio y la inversión en China y Rusia.
Concluye el autor que la mejor comprensión de la política internacional se puede encontrar en una combinación de teorías, además de que la humanidad prefiere un orden internacional liberal, y este orden solo es posible gracias al poder militar realista de los Estados Unidos y sus aliados democráticos.
Es decir, el hecho de que, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (3.9.2022), China y la India sean la segunda y quinta economía del mundo en términos del PIB respectivamente; que Venezuela, Arabia Saudita, Rusia, Irán posean las mayores reservas de petróleo; que el Sudeste Asiático sea un espacio geoestratégico para el transporte marítimo mundial ante el crecimiento de China; que para impulsar la transición energética EE. UU. y la Unión Europea depende de los recursos naturales de otras naciones, fomenta un estado de natural conflictividad de EE. UU. y la UE sobre aquellas naciones que atenten contra el orden internacional liberal que ellos lideran.
Pero si, además, reseñamos que Venezuela ha promovido un pensamiento latinoamericanista, que Rusia y China destacan la importancia de Euroasia, conceptos profundos de identidad y cohesión de los pueblos, que los países han diseñado alianzas y foros para diversificar sus mecanismos de relacionamiento y posición en el escenario internacional, entonces, la verdadera amenaza es el nuevo sistema multipolar impulsado por los países con una posición geopolítica y geoestratégica determinante.
Por ello, la posición del G7 de intentar limitar los precios del petróleo ruso, la necesidad crear conceptos como el Indopacífico y el "impulso del orden basado en reglas", las medidas coercitivas que impiden la libre comercialización de los crudos y productos venezolanos, la manipulación de sistemas e instituciones internacionales como el sistema Swift, la extraterritorialidad normativa como instrumento para afectar el desarrollo de los pueblos y poder impactar en el equilibrio del sistema internacional son aspectos que presencian este inequitativo y desbalanceado sistema internacional.
Por lo que, sin lugar a dudas, el reto para Latinoamérica es aún mayor. La batalla de las ideas sigue siendo un espacio estratégico en este conflicto por el pensamiento y la cultura. El orden internacional está y seguirá cambiando, y los pueblos, con mayor consciencia, deberán asumir un rol más estratégico y participativo en la profundización del nuevo orden multipolar, que deberá apostar por los intereses y desarrollo de los pueblos.
Orelys Castillo