Petro puede tener el mismo destino que Castillo
El mandatario colombiano podría sufrir la misma historia que el líder peruano
El analista de derecha Eduardi Mackenzie, expresó recientemente: Quién está verdaderamente llevando el país a un golpe de Estado es Gustavo Petro. El peligro de un golpe de Estado no lo encarna el general (r.) Eduardo Zapateiro, ni el coronel (r.) John Marulanda, ni Acore, ni las reservas activas de las Fuerzas Armadas de Colombia, sino el mismo Presidente.
Estos promotores de los ejes del mal buscan dar el zarpazo que acabe con las esperanzas del pueblo, para regresar a un pasado donde reine la anarquía y el caos.
El golpe judicial avanza en Colombia, pero aunque Petro esta alerta y salió a la calle con sus seguidores no puede, ni debe descuidarse, porque los enemigos de la democracia disparan a mampuesto con todo su arsenal.
En Perú lo hicieron contra Pedro Castillo y lo redujeron sin disparar su armamento.
Conspiración en marcha
Aquí lo hacen a diario, es una conspiración en marcha. En los medios dicen: Si Petro intriga contra ellos es porque quiere alejar de sí y trasladar a otros esa misma acusación. Desde el colapso de su coalición con otros partidos, Petro muestra sus ambiciones (Dicen sus detractores) poderes adicionales, prensa sumisa, derrumbe de las Fuerzas Armadas, auge de narco-milicias, despilfarro clientelista del presupuesto de salud, desorganización del sector petrolero. Habló hasta de gobernar durante ocho años.
El país alerta
Sin embargo, el país está en alerta. Muchos ciudadanos entendieron que si no hay una respuesta enérgica a tales abusos, Este denominado golpe blando o judicial se impondría.
Tiranía en formación
Los agentes del mal predicen que Petro llegará hasta a prohibir que pensemos y discutamos todo lo que tiene que ver con la protección de la Constitución. Discrepar del gobierno comienza a ser mostrado por éste como incitar a un golpe de Estado. Sabemos que discutir al respecto no es un delito, sino que es, por el contrario, un derecho y un deber si sentimos que el Estado social de derecho está siendo desmontado desde dentro. Todo colombiano tiene derecho a pensar y a discutir esos temas, y a movilizarse para protegerse de una tiranía en formación (La de Petro).
No obstante la ofensiva de Petro a favor de la libertad de prensa y la libertad de expresión, el llamado a sus partidarios a tomarse las calles, indica que el poder actual está más del lado del pensar popular que lo eligió que de una estructuración autoritaria que de un régimen que no respetaría la separación de poderes.
Si el fiscal y la CSJ no hubieran frenado esa deriva, el primer paso del golpe de Estado se habría consumado, sin ruido, de la manera más solapada
Montesquieu escribió: “El gobierno despótico tiene como principio el miedo, pues los pueblos tímidos, ignorantes, abatidos, no necesitan muchas leyes”. Colombia no es un pueblo derrotado.
Petro en Cuba para acuerdo con ELN
El viaje de Petro a Cuba para formalizar el acuerdo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) donde se firmaría la paz con dicho grupo, es otro elemento a favor del Gobierno de Colombia.
Al presidente Petro no le gusta que le recuerden la suerte de Pedro Castillo del Perú, que él defiende cada vez que puede. Sin embargo, el caso Castillo deja sustanciales lecciones para quienes luchan por la civilización contra el avance totalitario en el continente. Hay que estudiar el caso Castillo para saber qué hacer en el momento preciso. Pues cuando estalla la crisis creada por los abusos del déspota socialista, y la democracia es burlada, el país debe interrumpir ese proceso.
El 7 de diciembre de 2022, Castillo resolvió cerrar el Congreso y decretar un “gobierno de excepción” para “reorganizar” el sistema judicial y el alto mando militar. La movida de Castillo, que recordó el golpe de Fujimori del 5 de abril de 1992, fue rechazada por todas las fuerzas políticas. El Tribunal Constitucional pidió a las Fuerzas Armadas “restablecer el orden” y los peruanos se lanzaron a las calles. El expresidente Ollanta Humala dijo: “Las Fuerzas Armadas le deben honor y lealtad a la patria y no a un dictador”. Castillo fue hacia la embajada de México, pero no logró llegar hasta allí. Tres horas después, Castillo fue arrestado por la policía. Así terminó un mandato caótico de año y medio instaurado gracias a unas elecciones anómalas.
En todo caso la mayoría desea que Petro triunfe y siga al frente de la presidencia de Colombia y las fuerzas del mal salgan derrotadas.
Amanecerá y veremos
LUIS ZÁRRAGA/ CIUDAD CCS