Cívicamente | Inclusión para excluir
Pretenden desvirtuar la verdadera lucha por la inclusión plena de la comunidad sexodiversa
15/06/2023.- Aunque falta mucho siglo por recorrer, hasta el momento es válido afirmar que el tema de este ha sido la inclusión. Debate que se instala con la llegada de las redes sociales y le amplía el espectro, permitiendo que todas las voces se escuchen y no solo las hegemónicas de costumbre y en cumbres.
Antes, durante el imperio de la "televisión cultural", hoy día desplazada por las diversas plataformas digitales multimedia que existen, eran escasas las posibilidades para que los que actualmente tienen voz en estos nuevos medios participaran, salvo que fuesen el hazmerreír de sus programaciones; ejemplo de ellas, los miembros de la comunidad sexodiversa.
Por fortuna, hoy día existe un reconocimiento social, no pleno, pero sí con grandes avances, donde el hombre y la mujer que no es heterosexual puedan dar cuenta de sus competencias y eso ha ayudado en su valoración social. Aunque no es cuestión de aceptación, sino de respeto, es cierto que el conocer, el saber, hace y crea una conciencia diferente.
Sin embargo, pareciera existir una tendencia que pretende, a mi juicio, opacar ese avance. Ello tiene que ver con la sobreexposición de una serie de "conductas" con las que inteligentemente pretenden desvirtuar la verdadera lucha por la inclusión plena de la comunidad sexodiversa.
Entonces, gente que se hace viral por autopercibirse como objetos, cosas y hasta animales —que transfiguran el discurso de la identidad de género— y otras que se declaran fuera de este mundo y no saben qué son distraen la lucha de una comunidad, que tiene años clara de quién es y que reclama su espacio en un mundo que le pertenece, aunque le sea hostil.
Muchas serían las conductas que pudiera enlistar, seguro excepcionales y aisladas, y no dudo que generadas intencionalmente, solo con el fin de minimizar el avance de un colectivo que hoy día no es el que el siglo pasado quiso que fuera, a través de un discurso y una exposición distorsionados.
La inclusión social posibilita que todas las personas, especialmente las que se encuentran marginadas, tengan la oportunidad de participar de manera plena en la vida social. Visibilizarlos es parte de ese proceso, pero resulta pernicioso hacerlo con analogías inadecuadas e impertinentes, fundadas en conductas extrañas, absurdas algunas, que de manera intencional se asocian con los temas de la identidad de género y de las preferencias sexuales, abriendo un debate distinto que retrotrae el discurso de una época de cuestionamientos y ataques por insania moral, trastornos mentales y un sinfín de señalamientos que resignaron por años al hombre y a la mujer homosexual a una vida miserable y en las sombras.
Celebro y celebraré siempre la inclusión como fin supremo del ejercicio de la ciudadanía, de todos y todas; incluso, si fuera el caso, hasta de los que se creen que no son de este planeta; de los que contraen matrimonio consigo mismos; de los que se autoperciben infantes siendo ya adultos mayores; de los que son "elles" hoy y "ellas" dentro de un rato, mientras deshojan la margarita para ver qué serán mañana; y de otras especies que abundan y buscan cupo en la diversidad. Pero lo cierto es que considero que son arquetipos creados por la sociedad hegemónica que no soporta y le asusta la diversidad.
Carlos Manrrique